Cuando salimos de vacaciones, solemos preocuparnos por no dejar nada indispensable fuera de la maleta, confirmar la reservación del hotel, hacer cuentas del presupuesto que gastaremos o mantener bien cerrado el hogar durante el tiempo que estaremos ausentes, por ejemplo. Es momento de descansar y consentirnos, y nada tiene por qué salir mal.

Sin embargo, algo en lo que pocas veces pensamos al vacacionar es en nuestra huella ecológica, mucho menos en nuestro consumo de agua, ese vital líquido que pareciera ilimitado pero cuyo acceso cada vez más se reduce a nivel mundial, al grado de que actualmente un tercio de la población humana del planeta vive con ‘estrés de agua’: sufre para conseguir este recurso natural.

¿Sabías que, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Guanajuato, un turista gasta tres veces más agua que un residente?, ¿o que en México el destino donde más se consume el líquido es Cancún, en el que se ha llegado a estimar hasta en 550 litros por paseante al día?

“De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las personas gastamos aproximadamente 200 litros de agua por cada 10 minutos que tome darnos una ducha, 12 litros por minuto al lavarnos las manos, 10 litros por cada 10 minutos mientras lavamos los trastes y seis litros por cada descarga del WC, que es la cantidad estándar de las cajas del escusado. El consumo recomendado por persona es de menos de 100 litros diarios, pero en el caso de la Ciudad de México, por ejemplo, empleamos en promedio 360 litros al día: estamos desperdiciando mucho recurso natural”, afirma al respecto Ana Lilia Gutiérrez, Gerente de Fundación Helvex.

Para ser parte de la solución y no del problema, además de emplear acciones como bañarnos rápido o colocando cubetas a los lados para captar agua y reutilizarla en otras tareas, actualmente hay en el mercado productos para baño y cocina diseñados con el objetivo de dosificar de mejor forma nuestro consumo del vital líquido, como es el caso de algunas regaderas que gastan solamente 10 litros por minuto o los WC de grado ecológico, que llegan a emplear apenas 3.8 litros por descarga. Con estas soluciones, además de reducir nuestra huella hídrica, ahorramos dinero por concepto de agua cada bimestre.

Si se implementan estas tecnologías en los hoteles, donde el consumo de agua es considerablemente más alto que en el hogar, los ahorros pueden ser importantes. “Según expertos españoles, en términos de costos de explotación el agua representa un 5% de todos los gastos de un hotel. En función de su categoría y tipología -que puede ser de playa, spa, de negocios o low cost-, el derroche de agua puede variar entre 200 litros y 500 litros por cliente al día. En los grandes resorts donde hay piscinas y jardines, el desperdicio es aún mayor; sin embargo, el mayor consumo del líquido lo hacemos en las habitaciones, donde nos movemos entre el 70 y el 90% del tiempo”, añade Gutiérrez.

Si en tus próximas vacaciones quieres disfrutar de momentos inolvidables mientras le haces un favor al planeta, asegúrate de que las instalaciones del hotel cuenten con productos ahorradores de agua. Además, puedes dar una ayuda extra con otras simples acciones, como cerrar la llave de la regadera mientras te enjabonas el cuerpo o pidiendo que no te cambien diariamente la toalla que el negocio te proporciona, con lo cual reducirás los ciclos de lavado y su respectivo gasto de agua, estimado entre 40 y 62 litros por cada carga en la lavadora.