Acciones sustentables como su alineación a CORSIA, esquema de  compensación y reducción de emisiones de carbono en la aviación internacional, elevan el compromiso ambiental de la firma mexicana.

De acuerdo con la ONU, aún si los países cumplieran sus compromisos establecidos en el Acuerdo de París (2015), el mundo se dirige a un calentamiento de al menos tres grados si no se reducen las emisiones en un 7.6% cada año entre 2020 y 2030. Tan sólo el año pasado, las emisiones de gases de efecto invernadero registraron un récord con 55.3 gigatoneladas de dióxido de carbono.

Ante este escenario, tanto gobiernos como empresas de todos los sectores han puesto en marcha diferentes estrategias y planes para reducir mitigar el impacto al medio ambiente. Por ejemplo, la industria aeronáutica, a través de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) creó CORSIA, un esquema de compensación y reducción de
emisiones de carbono en la aviación internacional con el objetivo de neutralizar el incremento de CO2, y cuya entrada en vigor fue el 1 de enero de 2019.

Distintas aerolíneas alrededor del mundo han integrado dicha iniciativa a sus operaciones cotidianas. En el caso de México, Aeroméxico mantiene su compromiso con estrategias alineadas a ella. Recientemente, la firma nacional en colaboración con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) realizó un taller con el objetivo de compartir buenas prácticas en términos sustentables. Con la asistencia de participantes claves de la industria aérea como Canaero, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, Boeing, Volaris, Interjet y Delta Air Lines, el espacio de diálogo reiteró la relevancia de acciones como adoptar la iniciativa CORSIA y la urgencia de desarrollar combustibles alternativos.

La implementación de mediadas pro ambientales en el sector aéreo no es un tema nuevo que se pone sobre la mesa. Por ejemplo, hace casi 10 años, Aeroméxico integró vuelos verdes a sus operaciones. En agosto de 2011, la aerolínea mexicana se convirtió en la primera firma que operó un vuelo transcontinental en la ruta México-Madrid con biocombustible. El Boeing B777- 200ER con motores General Electric utilizó 70% de combustible y 30% de biocombustible. Además, la comida a bordo era orgánica y los utensilios eran biodegradables.

Hoy Aeroméxico suma otras iniciativas que buscan un cielo más limpio. A través de su programa Vuela Verde, invita a sus pasajeros y colaboradores a participar en la mitigación de emisiones durante cada vuelo. Cuando un viajero hace una compra tiene la opción de aportar 35 pesos para compensar el impacto ambiental del mismo. Los fondos
recaudados se destinan a proyectos de la Plataforma Mexicana de Carbono de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que ayudan a la reducción de emisiones de gases efecto invernadero.

De igual forma, la aerolínea con 80 años de existencia, cuenta con una flota de aviones que reduce alrededor del 23% el consumo de combustible y las emisiones de CO2, y contribuye a la reducción de 60% de contaminación acústica.