Economía de masas Columnas por Héctor Ortega - abril 29, 20200 Por Héctor Ortega -¡Amigo! – Me ha dicho muy entusiasmado Justino el día de ayer mientras comíamos – tengo que platicarte esto, de verdad es un hallazgo muy común, que seguramente lo has vivido pero que hasta hoy me llamó la atención. -Suena interesante amigo – respondí entretenido con un espagueti que prometía estar delicioso – pero ahora tengo hambre, te parece si comemos y luego me cuentas por favor – Héctor, es que de verdad tengo que decirte esto amigo, me encuentro ante una revelación de negocios, un punto de partida que te hará explotar la cabeza por favor, come un poco de tu platillo y ¿me pones atención, por favor? – ese tono de súplica me avergonzó y deje todo para escucharle atentamente – Hace 3 o 4 meses, fui a la escuela de Alex mi hijo mayor, que está en secundaria amigo -En primer grado ¿no? -¡Así es amigo!, ya está en secundaria , no sabes como pasa el tiempo, pero no es el punto, cuándo llegue con Alex a la reunión de padres de familia, para revisar calificaciones, todo fue muy bien y nada fuera de lo normal, sabes bien que procuro estar atento a mi familia y estaba contento ese día. Apenas terminó la reunión, con las instrucciones que nos dieron y todo lo demás, mi esposa Vanesa y yo nos dirigimos a la salida de la escuela, pero antes de irnos me dijo mi esposa que tenía un poco de sed: ¡Vayamos a la cafetería! – dije para darnos 5 minutos en familia – El lugar estaba atiborrado de adolescentes, ya que los padres y maestros estaban en reunión para las calificaciones, mucha risa, palabrotas y palabritas que no entendimos bien, solo hicimos caso omiso Vanesa y yo y nos dirigimos a comprar el refresco, en la espera a ser atendidos, se acercaron un grupo de jóvenes, creo que eran como 4 ó 5, platicaban de muchas cosas y ninguna a la vez entre gritos, cuándo uno de ellos dijo en voz alta: “Los reto a que a más tardar la semana siguiente, se pinten el cabello de azul una mitad y la otra de amarillo” Los muchachos eran de tercer grado, por su estatura y modales asumimos que eran de los más grandes de la escuela, cuándo terminó la frase que por cierto dejó en silencio a todo el grupo de amigos, mi esposa y yo nos volteamos para mirarnos a los ojos, en señal de sorpresa solo subimos y bajamos los hombros – “Adolescentes ” -y seguimos nuestro camino hacia la salida de la institución, solo comentamos que era un disparate, la escuela no los dejaría entrar por reglamento si lo hacen y nada pasaría, una idea loca de una persona y ya. Te digo amigo que eso fue hace como 3 ó 4 meses, ayer llegó mi hijo con una petición: Papá, ¿me puedo pintar el pelo mitad azul y mitad amarillo? le he preguntado a mi mamá pero me dijo que tú decidas – me quedé helado amigo – ¡Claro que no Alex!, y no es por qué no quiera -pensé que recurrir a la autoridad me sacaría del apuro- la escuela no lo permite, entiendo que estás en edad de experimentar, pero no es posible, está en el reglamento hijo, y de este modo dí por terminada la discusión … -La escuela dio permiso durante 3 meses papá – replicó- para ayudarnos a encontrar nuestra identidad – recalcó con mis palabras – -¿Pero cuántos niños pueden ir pintados? – ¿no serás el raro del grupo? -Soy el raro ahora, poco más del 90% está ya pintado y tenemos esta semana para hacerlo papá … …. Justino terminó de contarme la historia, que no tiene mayor relevancia hasta aquí, lo interesante vino al terminar de contarme su situación familiar “Si quieres iniciar un movimiento, tienes que convencer a dos personas y luego otras dos, y estas lo harán con más” – Seth Godin -¿Recuerdas esa frase amigo? – me mirada directo a los ojos Justino ¡¡Por supuesto que sí! Entonces amigo -siguió Justino- hice un experimento similar en BancoT, te platico: Buscamos 8 jóvenes millennials económicamente activos, que no fueran clientes de BancoT y nos daba igual si tenían o no cuenta en algún banco, una de las características que sí buscamos es que tuvieran ingresos, no importaba que fuera en Gig Economy o empleos formales y de los “normales” – dijo entrecomillando con los dedos – El objetivo del experimento era simple: Un movimiento con base en la pirámide de Maslow, donde se satisfacen sus necesidades primarias por una banca invisible – Justino Diego casi me mata ,cuándo dije que no tenían que saber que era BancoT -¿Y mi marca Justino? ¡sabes cuánto ha costado que este donde está! Con mucha paciencia respiré hondo y le dije: “Si te importa la marca en una economía de la atención la inversión es alta, si te importa el negocio en una economía de masas hay muchas oportunidades” – Justino Y le expliqué la razón del experimento y la hipótesis a probar, queremos conocer las necesidades de los clientes y responder anticipadamente desde nuestro ámbito financiero, con una banca invisible que los ayude detrás. -Y por eso necesito una SuperApp para BancoT amigo ¿Le entras? – y pensé, como te atreves a preguntar … – -¡Por supuesto que sí!, es un gran reto para Hypertech Justino ¿Ya puedo comer? – pregunté en tono irónico, ante la carcajada de Justino – es que muero de hambre y con la noticia más amigo Así terminó una de las #CharlasConJustino, estamos en la primera fase del proyecto donde hemos puesto al contexto como la base del éxito, descubriendo motivaciones que generan necesidades de este mercado de 8 millennials, es una prueba a bajo costo, donde aplicamos las técnicas que hemos aprendido en Hypertech para un proyecto nuevo, lo que importa es probar el modelo con poco tiempo y costo, en el alcance suficiente para demostrar la viabilidad. Grandes cosas nos esperan … te mando un enorme saludo y muchas gracias por leerme. Compartir en Facebook Compartir Compartir en TwitterTweet Compartir en Pinterest Compartir Compartir en Linkedin Compartir Compartir en Digg Compartir