La recuperación verde también es una oportunidad para fomentar economías más resilientes, que generen empleos y apoyen el crecimiento inclusivo, y que contemplen los cambios que necesitamos en el mediano y largo plazos.

António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, y Kristalina Georgieva, directora general del Fondo Monetario Internacional, han llamado a una “recuperación verde” que busque la inversión en proyectos que beneficien al medio ambiente.

La recuperación verde también es una oportunidad para fomentar economías más resilientes, que generen empleos y apoyen el crecimiento inclusivo, y que contemplen los cambios que necesitamos en el mediano y largo plazos.

A inicios de este mes, la Universidad de Oxford publicó un estudio titulado ¿Los paquetes de recuperación fiscal para el covid-19 aceleran o retrasan el progreso en cambio climático?, con la participación de destacados economistas como Joseph Stiglitz y Nicholas Stern. En él, se demuestra que proyectos verdes como la investigación en tecnologías para combatir el cambio climático, energías limpias y conectividad, crean más empleos y tienen un mayor retorno de inversión. Este tipo de inversiones pueden ser un gran instrumento para que las economías mundiales se recuperen del covid-19.

La Agencia Internacional de Energías Renovables reportó en abril que, por cada dólar invertido en la transición energética, se pueden obtener beneficios de entre tres y ocho dólares. Esto se traduce en aire más limpio, empleos y oportunidades de desarrollo.

El Reino Unido y México han tenido una colaboración estratégica para mitigar el cambio climático desde hace años. A través de los programas del Fondo Climático Internacional del gobierno británico, colaboramos con asistencia técnica que se adaptará para liderar esfuerzos en cuanto a recuperación verde poscovid-19.

La Conferencia sobre Cambio Climático, que copresidiremos con Italia se postergará un año, del 1 al 12 de noviembre de 2021 en Glasgow, Escocia. La COP26 será, sin duda, la oportunidad más importante para fortalecer la acción climática desde que se estableció el Acuerdo de París.

No me canso de repetirlo: estamos viviendo una crisis que cambiará la forma en que vivimos: estoy consciente de los retos y desafíos que implica en todo el orbe. Pero también me llena de esperanza decir que este cambio también puede ser para bien.

Poco a poco empezamos a trabajar más desde casa; empezamos a cambiar el automóvil por la bicicleta y el transporte público y somos más conscientes de lo que consumimos. A medida que volvemos a un mundo diferente, debemos aprovechar la oportunidad para hacer las cosas mejor.

De esta crisis y la “nueva normalidad” puede surgir un nuevo comienzo donde avancemos hacia la sustentabilidad.