La Alianza por la Salud Renal, a través de la Fundación Mario Robles Ossio, celebró y resaltó la importancia del exhorto presentado por el Diputado Éctor Jaime Ramírez Barba, Secretario de la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados, en el que solicita a la Secretaría de Salud a instaurar una política transversal en todo el sistema de salud para reducir el riesgo de contagio por SARS-Cov2 en los pacientes de Enfermedad Renal Crónica (ERC) que requieren algún tipo de terapia de sustitución,  resaltando la importancia que el gobierno de México establezca lineamientos de protección y atención prioritaria a este grupo de riesgo en la población.

En el mismo exhorto, el Diputado Ramírez Barba señala la necesidad que los pacientes con ERC tengan la oportunidad de iniciar la terapia de sustitución con diálisis peritoneal antes que otras terapias, a efecto de reducir al mínimo el riesgo de contagio por Covid-19 y proteger su salud.

Asimismo, solicita a las autoridades de Salud a seguir las recomendaciones emitidas por la comunidad médico-científica especialista en nefrología para la protección de los pacientes renales en el contexto de Covid-19 y que han sido plasmadas en unas guías de atención para pacientes en Diálisis Peritoneal, Hemodiálisis o trasplantados en el contexto Covid-19.

Los pacientes con ERC forman parte de los principales grupos de riesgo en la pandemia mundial del Covid-19. Son sujetos más expuestos a padecer procesos infecciosos graves y acostumbran a tener factores de morbilidad asociados tales como la obesidad, el tabaquismo y la enfermedad pulmonar preestablecida. 

El daño a los riñones en estos pacientes es irremediable y necesitan atenderse con terapias de sustitución para el resto de su vida. Existen tres opciones: el trasplante renal (la mejor opción de tratamiento, pero poco viable en nuestro país por el costo y la falta de donantes), la hemodiálisis y la diálisis peritoneal.

El tratamiento de hemodiálisis (HD) consiste en procesar la sangre a traveìs de una maìquina, debe realizarse en centros de tratamiento y en instalaciones especiales dentro de hospitales, tiene una duración de entre 3 y 4 horas y dependiendo el caso específico debe aplicarse varias veces por semana. Por otro lado, la diálisis peritoneal (DP) es una teìcnica que utiliza el recubrimiento del abdomen (llamado peritoneo) y una solucioìn conocida como dializado. Este procedimiento puede realizarse en un lugar adaptado de la casa del paciente una media de 3 a 5 intercambios al día dependiendo cada caso en particular.

Es posible reducir de manera significativa los riesgos a los que se enfrentan los pacientes con ERC y el personal médico que los atiende en el contexto de Covid-19 bajo las siguientes condiciones:

§  Implantación de las medidas estándares de distanciamiento social;

§  Establecimiento de salas de espera con espacios distanciados que permitan el aislamiento de sospechosos y contagiados por Covid-19 así como áreas de escrutinio;

§  Aplicación de la hemodiálisis en áreas aisladas por personal de salud que respete turnos específicos de covid-19 y no covid-19 y atienda a los mismos pacientes en cada tratamiento; y

§  Hacer uso de máquinas de osmosis portátiles que permitan realizar el tratamiento al pie de la cama del paciente.

§  Esto, a su vez, está alineado con algunas recomendaciones internacionales como por ejemplo la de la British Renal Society, quienes consideran esencial que los pacientes en diálisis peritoneal continúen de forma habitual el tratamiento en sus casas y que en relación a aquellos pacientes con necesidad urgente de ser dializados, se considere la diálisis peritoneal como opción de preferencia.

El doctor Christopher Chan, jefe de la Divisioìn de Nefrologiìa en la Universidad Health Network declaró recientemente: “Pacientes en la uìltima etapa de la falla renal se encuentran relativamente inmunocomprometidos, y la praìctica actual de diaìlisis hospitalaria no permite llevar a cabo el distanciamiento social. La diaìlisis en el hogar puede proveer de una terapia indispensable para la vida mientras se minimizan los riesgos por exposicioìn”.

Meìxico ostenta el 6to puesto de mortalidad derivada de la Enfermedad Renal Croìnica a escala mundial. En 2017 se reportoì una prevalencia de ERC de 12.2 por ciento y 51.4 muertes por cada 100 mil habitantes. Más del 80% de los pacientes mexicanos son atendidos en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Por ello, el punto de acuerdo también exhorta al Instituto Mexicano del Seguro Social a implantar las medidas necesarias para reducir el riesgo de contagio por Covid-19 y proteger a los pacientes con ERC que se encuentran en hemodiálisis.

Cabe recordar que aún no se cuenta en el mundo con una vacuna para proteger a las personas de la posibilidad de contagio de Covid-19 y es de vital importancia que el gobierno de Meìxico promueva las mejores praìcticas aplicadas a escala internacional y minimice el riesgo de contagio por Covid-19 de los pacientes que requieren alguìn tipo de terapia de sustitucioìn por causa de la ERC.