Desde 1977, se celebra cada mayo el Día Internacional de los Museos. Este 2021 se conmemora el día 18, y está dedicado a reflexionar sobre el futuro de los museos en un mundo pospandemia, en el que habrá que reimaginar a estos recintos en un contexto digital.

El Consejo Internacional de Museos (ICOM) es el fundador y organizador de esta celebración anual. Es también el encargado de recordarnos la importancia de los museos, a los cuales debemos considerar como un medio de intercambio cultural que enriquece las culturas y favorece el entendimiento y la cooperación entre naciones.

Los museos preservan nuestra historia, son parte del desarrollo del conocimiento científico y representan el pensamiento de cada época y país, nos enseñan a valorar nuestro pasado y nos dan un sentido de identidad.

Al igual que los museos, los monumentos forman parte del patrimonio cultural de las naciones y de la humanidad, por lo que también tienen su día —18 de abril— para recordar su importancia. En este caso, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) es la organización encargada de difundir y promover la relevancia de nuestros monumentos para que aprendamos a valorarlos, protegerlos y conservarlos.

Un elemento indispensable para la conservación de museos y monumentos es la limpieza. El polvo, la humedad y toda una variedad de partículas que se adhieren a las edificaciones aceleran su deterioro. Al tratarse de construcciones de valor histórico incalculable, una limpieza periódica realizada por expertos mantiene su esplendor, prolonga su existencia y permite que se conserven en condiciones óptimas.

Desde 1980, Kärcher, la empresa alemana líder en soluciones de limpieza se ha comprometido en apoyar el mantenimiento de monumentos y edificios que forman parte del patrimonio cultural de la humanidad. Al proporcionar desde los equipos de limpieza, hasta el conocimiento de sus expertos, quienes forman equipo con los restauradores de arte para aplicar las soluciones de limpieza que cada estructura necesita.

Para festejar sus primeros 25 años de presencia en México, Kärcher limpió El Paraguas, la fuente que es el corazón de Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México. Con la técnica de inyección de hielo seco logró eliminarse las manchas y la suciedad incrustadas en el plafón de la fuente, que pudo ser apreciada otra vez como en sus primeros años.

Otra solución de limpieza se le dio a la escalera de herradura en el Palacio de Fontainebleau, en París. Este sitio fue residencia de reyes desde el siglo XII y con el paso del tiempo la escalera acumuló polvo, grasa y hollín, mientras que el exterior se cubrió de yeso y vegetación biogénica —algas, hongos, líquenes—. Para remover el yeso y la cal se realizó la pulverización de micropartículas; a fin de eliminar el polvo y el hollín se aplicó vapor a alta presión; la vegetación biogénica fue reducida con un detergente y una limpiadora de alta presión.

Un ejemplo más es la limpieza de los colosos de Memnón, en Egipto. Estas estatuas de cuarzo de 14 metros de altura y 3 mil 300 años de antigüedad presentaban costras de suciedad que las estaban deteriorando. Se les aplicó un chorro controlado de partículas de carbonato de calcio que eliminaron la suciedad e incluso dejaron ver restos de la coloración original.

Los rostros del Monte Rushmore en Estados Unidos, el Cristo del Corcovado en Brasil, la Puerta de Brandeburgo en Alemania y la Escalera Potemkin en Ucrania son otras muestras de la labor de limpieza que Kärcher ha realizado en más de 150 edificaciones alrededor del mundo.

Cristo de Corcovado en Brasil.

Con este programa de patrocinio cultural, la compañía colabora de manera continua con la conservación del patrimonio de la humanidad y gracias a su espíritu de vanguardia y equipos de alto rendimiento apoya en la misión de preservar la historia.