Toks, la cadena de restaurantes con casi 50 años de sabor y tradición en México celebra el Día del Comercio Justo (15 de mayo) con su iniciativa de Proyectos Productivos que arrancó en 2003 con la integración de la miel de Xochistlahuaca, Guerrero a los insumos de su menú. Hasta la fecha, se han sumado siete comunidades y casi 600 productores beneficiados gracias a proyectos que abastecen alimentos como café mole, granola, mermelada, chocolate y nuez caramelizada, provenientes de distintas localidades.

Esta conmemoración recuerda la importancia que tiene para Toks este tipo de iniciativas y en las cuales los comensales tienen una participación importante también, tanto en el consumo de platillos que contienen estos productos como en la adquisición de los productos en los restaurantes.

“Los Proyectos Productivos tienen como objetivo solucionar las necesidades del Grupo dentro de la cadena de suministros por medio de la creación de productos o servicios con enfoque sociales, esto quiere decir, que transformamos la cadena convencional en una cadena de valor al adquirir productos de pequeños productores de comunidades vulnerables”, comenta Gustavo Pérez Berlanga, Director de Responsabilidad Social de Grupo Restaurantero Gigante (GRG).

El éxito del modelo dentro de Restaurantes Toks y como parte de sus acciones de Responsabilidad Social, consiste en la integración e implementación de una economía circular, que tiene como puntos clave:

1. Incentivar el desarrollo económico de una comunidad vulnerable.

2. Brindar capacitación empezando por líderes comunitarios para lograr el desarrollo de habilidades y lograr el aprendizaje en todos los integrantes de la comunidad.

3. Aprovechamiento sostenible de los recursos.

Los Proyectos Productivos provienen de distintas localidades y con el propósito de incentivar una economía solidaria, con este tipo de iniciativas, Toks refrenda su compromiso con el entorno y las comunidades.

Por ejemplo, la miel que se sirve en los restaurantes es recolectada por apicultores amuzgos de Guerrero; la granola y el mole provienen de una comunidad mazahua en el Estado de México; el chocolate es producido en Ayoquezco, Oaxaca; la nuez caramelizada se elabora por un grupo de mujeres en Tacubaya en la Ciudad de México y el café orgánico proviene de pequeños productores de la Reserva de la Biósfera del volcán Tacaná, en el Soconusco, Chiapas.

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