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Gastos que te impiden comprar tu primer departamento

En el camino para comprar nuestro propio departamento existen algunas medidas que debemos tomar en cuenta para asegurar nuestro éxito, como ahorrar, conseguir un crédito y encontrar el inmueble que más se ajuste a nuestras necesidades y presupuesto, sin embargo, aunque consigamos esto, si realizamos gastos no planeados, aplazaremos nuestra meta y correremos el riesgo de afectar la salud de nuestras finanzas, por lo que el equipo de Flat.mx, la proptech más innovadora de la industria, nos enseña sobre los gastos que impiden comprar nuestro primer depa y estrategias para sortearlos.

Primero, se debe identificar que existen tres tipo de gastos, los fijos e indispensables, que tienen que ver con comida, servicios de agua, luz, transporte, etcétera; los de servicios secundarios que facilitan nuestro día a día, como el de telefonía celular, y el tercero tiene que ver con otros gastos que no son indispensables pero que realizamos de vez en cuando por placer, como la compra de ropa de marca, calzado, un corte de pelo nuevo, etcétera.

“Aunque podría parecer evidente que lo anterior es precisamente el orden de prioridades que debemos establecer más tarde en nuestro presupuesto mensual, es verdad que muchas veces los gastos extraordinarios o no contemplados terminan siendo los principales responsables de que nuestra salud financiera se debilite, y por consiguiente, que no podamos ahorrar para el enganche de nuestro depa”, explica el team de la proptech.

Este tipo de gastos pueden ser de dos tipos, y a continuación, los expertos de Flat.mx nos explican de qué se tratan y cómo podemos prevenirlos para alcanzar nuestro objetivo de al fin adquirir nuestro primer departamento:

Gastos hormiga: Los gastos hormiga son aquellos que realizamos fuera del presupuesto, y que generalmente no tomamos demasiado en serio, pero que a la larga representan un escape importante de nuestro dinero.

De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), estos llegan a representar hasta el 12% del salario mensual de los mexicanos. Por ejemplo, si una persona gana en promedio 10 mil pesos mensuales, lo más probable es que gaste mil 200 pesos de ese dinero en gastos hormiga.

Ejemplos de estos gastos hay muchos: como esa botella de agua que compramos al salir de la oficina en lugar de llevar una botella reutilizable, el postre después de la comida, gastos de Uber, servicio de comida a domicilio o incluso esas pequeñas compras inofensivas que realizamos por internet de forma no planeada, aunque de forma general, los tipos más comunes de gastos hormiga suelen ser gastos de entre 5 a 20 pesos, razón por la que suelen realizarse sin demasiado análisis.

Pese a esto, contrarrestar los efectos negativos de estos gastos es posible, siempre y cuando apliquemos las siguientes estrategias:
● Identificar nuestros gastos hormiga: ¿En qué gastamos? Golosinas en la máquina expendedora de la oficina, en café a la vuelta de la esquina. Lo primordial será identificarlos y anotarlos.
● Reducir o sustituir: Una vez identificados, tendremos que decidir cuáles se quedan y cuáles se van. Por otro lado, podemos implementar otras estrategias de sustitución, por ejemplo, si compramos siempre café afuera de la oficina, será mejor llevar un termo desde casa, es más barato y no sacrificamos un gusto personal.
● Planificar: Establecer en nuestro presupuesto mensual una cantidad específica para este tipo de gastos. Si retomamos el ejemplo de los 10 mil pesos mensuales de sueldo, será mejor destinar conscientemente 500 o 600 pesos a estos pequeños placeres, en lugar de mil 200 pesos, el promedio nacional.

Gastos emocionales: Estos suelen realizarse con la excusa de mejorar nuestro estado de ánimo o como recompensa, y aunque esto último es necesario e importante de vez en cuando, los gastos emocionales no suelen ser planeados, lo que impacta de manera negativa nuestras finanzas, alejándonos a su vez del objetivo de comprar depa.

Por ejemplo, nos sentimos tristes y nos metemos a páginas de venta de ropa o accesorios para distraernos un poco y terminamos haciendo la compra. Esto también aplica de forma física, como cuando visitamos centros comerciales o tiendas para pasar el rato y compramos cosas innecesarias o fuera de nuestro presupuesto porque “para eso trabajo”, que es una de las mayores trampas e ideas que utilizamos para reconfortarnos un poco tras una acción financiera que generalmente sería
irracional.

Por fortuna, podemos contrarrestar estos gastos de la siguiente manera:
● Detenernos un momento: Tras ver un producto caro que sea de nuestro interés, el consejo es tomarnos al menos 24 horas después de verlo para analizar si realmente lo necesitamos o nos será útil. En muchos de los casos esto no es así, debido a que en ese momento lo que nos guiaba a la compra era la emoción. Si las ganas persisten deberemos hacer los ajustes necesarios en el presupuesto para analizar qué tanto afectará y si es viable.
● Olvidarnos de los créditos: ¿No podemos pagarlo completo en ese momento? Entonces es un buen indicador de que debemos dejar la compra para después, a menos que se trate de un bien de otro tipo, como un departamento o un auto. Obtener otros créditos que no tengan que ver con nuestro sueño de comprar un inmueble sólo nos retrasarán en nuestro propósito.
● Planear alternativas de recompensa: Si ya sabemos que cuando estamos tristes o aburridos tendemos a realizar compras impulsivas, entonces al momento en el que comenzamos a sentirnos de esta manera nos alejamos del ordenador, y mejor nos distraemos con una película, un buen libro o visitamos a un amigo para dialogar.
“Con el conocimiento de estos gastos no fundamentales en mente, podremos hacer un uso más responsable del dinero por medio de la planeación, reduciendo gastos innecesarios e incrementando nuestro ahorro para juntar el enganche de nuestro primer depa”, finalizó el equipo de Flat.mx.

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