Hidrógeno verde es la solución para descarbonizar la industria Mundo Verde Tecnologia por ACCIONA - enero 30, 20220 Limitar el calentamiento global a 1,5 º C requerirá el abandono del uso de combustibles fósiles por parte de todos los sectores de la economía, incluido el industrial. Y para ello, se necesitará de una variedad de soluciones para conseguir cumplir con los acuerdos globales y alcanzar la neutralidad en carbono en 2050. Una de ellas es el hidrógeno verde, que contribuirá a la descarbonización incluso de aquellas actividades cuya electrificación es más complicada. ¿Cómo ayuda el hidrógeno verde a descarbonizar la economía? El hidrógeno verde se produce mediante electrólisis, un proceso que separa el agua en hidrógeno y oxígeno, utilizando electricidad generada a partir de fuentes renovables. Hoy en día representa solo el 0,1% de la producción mundial de hidrógeno. Sin embargo, los costes decrecientes tanto de la electricidad renovable, como de la tecnología de electrólisis mejoran considerablemente el panorama futuro de esta fuente de energía. Si quieres saber más sobre el este elemento, puedes leer este artículo. Uno de los principales atractivos del hidrógeno es su versatilidad, ya que no solo se puede usar como vector (almacenador) energético, sino que también puede emplearse como combustible. Sirve tanto para almacenar energía producida por fuentes renovables como para sustituir a combustibles fósiles como el gas natural, o incluso como materia prima en procesos químicos industriales, como la producción de fertilizantes, en los que actualmente se emplea hidrógeno de origen fósil Diferentes usos que lo convierten en una alternativa muy prometedora para aquellos sectores cuya descarbonización y electrificación es más compleja, como es el caso de la industria siderúrgica, química o la refinería, o el transporte pesado terrestre, aéreo o marítimo. Hidrógeno verde como materia prima para descarbonizar la siderúrgica Con una aportación del 7% a las emisiones totales de dióxido de carbono (CO₂) a nivel mundial, la industria siderúrgica tiene una oportunidad importante para lograr la descarbonización y reducir estos números. Una de las soluciones que están sobre la mesa es la inyección de hidrógeno en los altos hornos, donde tiene lugar el proceso de fabricación del acero. De esta manera sustituiríamos el gas de coque por un combustible limpio, como es el hidrógeno verde. Actualmente, esta tecnología está siendo probada y aún existen ciertas limitaciones, como el efecto de enfriamiento que tiene el hidrógeno dentro del alto horno. Hidrógeno verde para descarbonizar la industria química La industria química, con el 10% del consumo energético global y el 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero, abarca muchos sectores de la economía moderna. Es el conjunto de actividades que se centran en la obtención y transformación de materiales y compuestos, aplicando para ello procedimientos químicos. Pese a que, hoy en día, todavía tiene una gran dependencia del petróleo, el hidrógeno ya se utiliza con frecuencia en la producción de productos químicos y productos intermedios. La verdadera transformación sostenible vendrá cuando ese hidrógeno sea en su totalidad verde. Hidrógeno verde para descarbonizar refinerías La refinería se encarga de la transformación del petróleo crudo en productos que son efectivamente útiles para las personas. Responsable del 4% de las emisiones mundiales de CO₂, este sector se encarga de producir bienes como gasolina, diésel, asfalto, queroseno, gas licuado, aceites y combustibles. Uno de los usos principales del hidrógeno verde en este sector es como como sustituto de combustibles e hidrógeno de origen fósil en diversos procesos realizados actualmente en las refinerías y plantas petroquímicas. Otra de las aplicaciones más prometedoras en este sector es el desarrollo de combustibles sostenibles para el gran transporte, como es el caso de la aviación y el transporte marítimo. Obstáculos y retos del hidrógeno verde para descarbonizar la economía Pese a que aún queda mucho por hacer, el camino es alentador. El hidrógeno verde apareció en una serie de compromisos de reducción de emisiones en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima, COP26. Tanto los gobiernos como la industria han reconocido al hidrógeno como un pilar importante de una economía neta cero. Alrededor del mundo, ya hay en marcha ambiciosos proyectos destinados a mejorar, desarrollar y amplificar la tecnología encargada de su producción. Por ejemplo, ACCIONA Energía lidera el proyecto que va a producir el primer hidrógeno renovable industrial en España, bajo el nombre de Power to Green Hydrogen Mallorca. En las instalaciones de Lloseta, en la isla, se generaron en diciembre de 2021 las primeras moléculas de hidrógeno verde, con el objetivo de iniciar su producción industrial a comienzos de 2022. Una iniciativa pionera en todo el país y en el sur del continente. Se prevé producir al menos 300 toneladas de este elemento al año y utilizarlo en diferentes ámbitos de la isla: transporte, calor, energía para edificios… Sin embargo, actualmente el coste de obtención del hidrógeno verde sigue siendo más elevado que el de origen fósil, principalmente porque la mayoría de esos proyectos aún están en una etapa muy inicial, si bien las proyecciones auguran una drástica reducción de costes que permita en unos años resultar más competitivo que el hidrógeno no sostenible, a medida que se promuevan nuevos proyectos de innovación y se generen economías de escala. El otro gran reto a la generalización del uso del hidrógeno verde está en el importante desarrollo de infraestructuras requerido para posibilitar su almacenamiento y distribución a gran escala. En definitiva, aún queda mucho trabajo por hacer, pero el hidrógeno verde ha llegado para quedarse. Y su impulso será vital para alcanzar, entre otras cosas, los compromisos climáticos del Acuerdo de París y los objetivos de cero emisiones que exige la emergencia climática. Compartir en Facebook Compartir Compartir en TwitterTweet Compartir en Pinterest Compartir Compartir en Linkedin Compartir Compartir en Digg Compartir