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Inflación 7.68% en abril, la más alta en 21 años: INEGI

El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en abril del 2022, registró un aumento de 0.54 por ciento respecto al mes anterior; con este resultado, la inflación general anual fue de 7.68 por ciento, la más alta desde enero de 2001, de acuerdo con la información publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Inflación subyacente
Las presiones inflacionarias se concentraron en el componente subyacente, que incluye los precios menos volátiles y que determina la trayectoria de la inflación en el mediano y largo plazo. A tasa anual la inflación subyacente se ubicó en 7.22%, su mayor nivel desde enero del 2001 (7.26%), acumulando 17 meses consecutivos de incrementos.

A tasa mensual, la inflación subyacente se ubicó en 0.78%, su mayor nivel desde abril de 1999.
Para fines de comparación, entre el 2000 y el 2021, la inflación mensual subyacente se ubicó en 0.29% promedio. Al interior de la inflación subyacente, el componente de mercancías mostró un incremento mensual de 1.03% y anual del 9.33%, impulsado principalmente por el componente de mercancías alimenticias, que mostró una inflación mensual de 1.25%, la mayor para un mes igual desde 1997 y anual del 10.88%, la mayor desde diciembre de 1999.

Hay que recordar que, al interior de las mercancías, las presiones inflacionarias están asociadas a los incrementos en materias primas. Las mercancías no alimenticias también mostraron presiones al alza.

Los productos y servicios que aumentaron de precio y tuvieron mayor incidencia en la inflación de abril fueron: jitomate; gasolina de bajo octanaje; pollo; aguacate; tortilla de maíz; servicios en loncherías, fondas, torterías y taquerías; chile serrano; servicios turísticos en paquete; vivienda propia; y huevo.

Entre los genéricos, los incrementos anuales más significativos al interior del componente subyacente se observan en mercancías alimenticias, en específico productos derivados de grasas y aceites (que tienen como insumos granos), y productos derivados de trigo y maíz. Los genéricos con mayor incremento anual son los aceites y grasas vegetales comestibles (+37.18%), jabón para lavar (+26.24%), aceites lubricantes (+22.70%), pan blanco (+19.81%), queso Oaxaca (+18.30%), café tostado (+17.95%), tortilla de maíz (+17.47%) y harinas de trigo (+17.47%). Entre los servicios, los mayores incrementos anuales se observan en transporte aéreo (+40.52%), servicios turísticos de paquete (+32.43%), hoteles (+15.84%) y loncherías, fondas, torterías y taquerías (+10.08%). Esto se debe a la reactivación del turismo tras el paso de la variante Ómicron en los primeros meses del año y al periodo de Semana Santa, lo que ocasiona un incremento de la demanda por estos servicios.

Parte de la inflación en servicios también está relacionada con mayores costos, en específico energéticos, que elevan costos de operación para servicios de transporte, servicios de preparación de alimentos y de alojamiento temporal.

Persisten los riesgos al alza para la inflación. Los incrementos en precios de mercancías alimenticias se deben a los choques más recientes en el mercado de materias primas, principalmente en marzo tras el comienzo de la guerra en Ucrania y no se pueden descartar nuevos choques sobre los precios de materias primas. La guerra en Ucrania continúa y se espera que países de Occidente implementen nuevas sanciones a Rusia, lo que puede generar presiones adicionales al alza sobre precios de energéticos y los granos.

Tampoco se pueden descartar más confinamientos en China que podrían generar mayores disrupciones en las cadenas de suministros. Finalmente, están las condiciones de sequía en varias regiones, que implican riesgos adicionales sobre los precios de granos y sus derivados, lo que podría generar una inflación persistente.

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