El dato de la confianza del consumidor en Reino Unido, según cálculos del índice GFK normalizado, alcanzó su segundo nivel más bajo desde 1975, superando los mínimos observados durante el episodio del brote de Covid-19. Esta caída en la confianza del consumidor ha sido la más rápida observada durante los últimos 45 años.

La guerra, la inflación y un panorama económico sombrío han afectado la confianza de los consumidores. Si bien el Banco de Inglaterra ha indicado que la inflación podría alcanzar una marca de dos dígitos en los próximos meses, esperamos una disminución posterior en el gasto del consumidor y, por lo tanto, en las ventas minoristas en los próximos meses.

En este contexto, la tasa de crecimiento del PIB podría pasar a terreno negativo en el próximo trimestre. Los temores de una recesión podrían complicar la postura del BdeI, así como el posicionamiento de los inversionistas de capital.