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¿Habrá una recesión en el 2022?

El año 2022 ha traído una larga lista de riesgos que han desafiado a los mercados, incluida la guerra en Ucrania, el aumento de los precios de las materias primas, la desaceleración del crecimiento, una inflación obstinadamente alta y el giro de la Reserva Federal (Fed) hacia una política monetaria más agresiva. En este contexto, ha surgido una cantidad comprensible de especulaciones sobre si la Fed puede plantearse un aterrizaje suave y evitar una recesión. Nuestro propósito es analizar una variedad de datos económicos para tener una idea clara de si es probable que se produzca una recesión en los próximos doce meses.

Los principales indicadores económicos de The Conference Board

El índice de los principales indicadores económicos de The Conference Board monitorea diez métricas económicas que tienden a ser indicadores tempranos de que se acerca una recesión. La Figura 1 muestra un resumen de dichos indicadores:

Tiempo promedio de espera y la magnitud del deterioro que normalmente vemos antes de los períodos de recesión.
El número de meses que han pasado desde el pico más reciente
Qué tanto se ha debilitado un indicador desde el pico
Figura 1 – Indicadores Clave de una Recesión

* Indica que la unidad de medida es el número de desviaciones estándar de la media histórica.

Fuente: Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER). Los «meses de anticipación promedio» y el «cambio porcentual promedio máximo hasta el inicio de la recesión» se calculan promediando la experiencia de estos indicadores económicos principales antes de las recesiones de EEUU que dieron inicio en 1990, 2001 y 2008. Datos al 31 de marzo de 2022.

Si bien estamos viendo debilidades en una serie de indicadores principales, como las expectativas de los consumidores sobre las condiciones comerciales y nuevos pedidos de bienes y materiales de consumo, es probable que estas métricas reflejen el impacto de la inflación reciente en la confianza del consumidor y su disposición a gastar. Otras métricas, como los nuevos pedidos de bienes de capital no defensivos, apenas han bajado de sus máximos recientes a medida que las empresas continúan aumentando el gasto de capital para invertir en el futuro. En el nivel compuesto de NBER solo hemos visto una desaceleración de la tasa de aumento, pero aún no empezamos a dejar el pico posterior al Covid-19.

Vigilando de cerca los hogares de EEUU

El consumidor es un componente importante del motor económico de EEUU: aproximadamente el 70% del PIB de esta nación es impulsado por el consumo. Si vamos a caer en una recesión, es probable que necesitemos ver cierta vulnerabilidad en los balances de los hogares estadounidenses. Revisemos el ahorro de los hogares.

Hemos calculado una tasa de exceso de ahorro acumulado, o el total acumulado de la cantidad mensual que los hogares ahorran por encima de la tendencia actual, cuya medición se remonta a 1985. Decidimos calcular el exceso de ahorro desde 2020 a la fecha, utilizando la tendencia de ahorro al 31/12/2019, ya que el Covid-19 fue un evento tan inusual que sentimos que distorsionó la verdadera tendencia de ahorro en los últimos dos años. Esta medición del exceso de ahorro acumulado da una clara idea de si los hogares están utilizando su nivel normal de ahorro o acumulando más. Es lógico pensar que, si los hogares están utilizando sus reservas de ahorro, los balances se están debilitando y los hogares se sienten menos seguros de sus perspectivas financieras, lo que podría ser un factor adverso para el consumo. Si se observa la recesión de principios de la década de los 90, 2000 y 2008, el exceso de ahorro acumulado comenzó a caer de dos a cuatro años antes de que comenzara la recesión real (Figura 2). En cuanto a la situación actual, tenemos un sorprendente exceso de ahorro acumulado de $2.5 billones de dólares, aproximadamente 15 veces más que el pico anterior en 2013 (Figura 3). Desde esta perspectiva, todavía hay mucho ahorro que aprovechar para impulsar el consumo a futuro.

Figura 2: exceso de ahorro acumulado de los hogares en miles de millones de dólares (1/1/85–31/12/19)

¿Qué pasa con la deuda de los hogares?

Otro cálculo a destacar es el pago del servicio de la deuda de un hogar en relación con su ingreso disponible. Esto se conoce como la relación entre la deuda de los hogares y su ingreso disponible. Si esta proporción aumenta, los hogares gastan una mayor parte de su ingreso disponible para pagar deudas, lo que puede ser una señal de estrés financiero. Resulta que esta proporción ha estado rondando mínimos de 40 años recientemente, a poco más del 9% al 30/09/2021 (Figura 4). Compare eso con el 12%-13% en los años previos a las recesiones de principios de la década de los 90, principios de los 2000 y 2008, y parece que los hogares están en una posición financiera significativamente mejor para el pago de sus deudas.

De los datos anteriores se pueden derivar dos conclusiones. Una recesión en los próximos 12 meses parece mucho menos probable si los balances de los hogares son tan sanos. Los consumidores tienen bastante efectivo y margen de maniobra para volver a apalancarse, lo que puede impulsar el gasto en el futuro. Otra conclusión es que, si tuviéramos que caer en una recesión, el colchón que han acumulado los hogares debería generar una recesión menos profunda que las pocas que hemos experimentado últimamente. No tenemos los excesos que había en ciclos anteriores.

¿Deberíamos considerar el periodo de mediados de los 90 como un mapa de ruta?

Los mercados tienden a temer a los ciclos de alzas de la Fed y es comprensible, ya que ha sido la experiencia típica que la mayoría de los períodos de ajuste preceden a las recesiones. Sin embargo, este no es siempre el resultado, como muestra el ciclo de alza de tasas de mediados de los 90 (Figura 5).

Fuente: FactSet

A mediados de la década de los 90, la postura de la Fed emprendió ajustes que fueron relativamente agresivos, pero que no condujo a una recesión. Comparable a lo que estamos viendo en los indicadores principales en este momento, los nuevos pedidos de bienes y materiales de consumo por parte de los fabricantes y la confianza del consumidor disminuyeron significativamente en la fase inicial del ciclo. Pero muchos otros indicadores no siguieron la misma tendencia y, en última instancia, la Fed pudo diseñar un aterrizaje suave.

Es muy pronto para saber cómo se desarrollará este ciclo de alzas de la Fed. Pero una lectura actual de los datos en un contexto histórico ciertamente abre la posibilidad de que este ciclo en última instancia se parezca más a sombras de la década de los 90 que a las de los 70s.

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