El trabajo que realizan los voluntarios es esencial para ayudar a la transformación del mundo, especialmente alrededor de los ODS de la Agenda 2030 de ONU. En Telefónica se emprendió este camino impulsando desde hace 17 años, el Día Internacional del Voluntariado Telefónica (DIVT), enfocado en canalizar la sensibilidad social y las ganas de ayudar de los colaboradores a través de acciones de voluntariado con gran impacto social en las comunidades donde está presente Telefónica.

El mundo requiere hoy más que nunca de nuestro apoyo. La degradación y afectaciones que, de distintas maneras, se han venido registrando a lo largo de los últimos años en su superficie, son hoy cada vez más preocupantes para las personas.

Factores como la contaminación, falta de agua, degradación de los suelos, desigualdad o pobreza, además de muchos otros problemas, han avanzado considerablemente en el planeta.

Fue precisamente pensando en toda esta situación, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió crear en 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una serie de metas que buscan, precisamente, cambiar al mundo hacia el 2030.

Esta agenda no está dirigida únicamente hacia los gobiernos o empresas, también hacia cualquier sujeto o entidad, ya que, al final de cuentas, todos tenemos una responsabilidad en el cuidado del entorno que nos rodea. En este sentido, el trabajo que desempeñan los voluntarios, personas que dedican parte de su tiempo personal a apoyar distintas causas sociales y ambientales, resulta crucial para hacer frente a estas problemáticas que están lastimando nuestro entorno.

La propia ONU, en palabras de su secretario António Guterres, destacó en fechas recientes el papel que los voluntarios juegan en nuestra sociedad, pudiendo ser personajes capaces de ayudar a construir un marco de paz.

Fue pensando en esta situación, y en el valor que trae consigo esta labor, que Fundación Telefónica ha venido trabajando, desde hace varios años, en un programa interno que integra a los colaboradores de Telefónica a esta dinámica.

Es así como la Telefónica canaliza la solidaridad de sus colaboradores en el Voluntariado, bajo la gestión de su Fundación, en la que ha logrado reunir a más de 59,000 participantes activos en sus programas de voluntariado, que han ayudado a traer distintos beneficios a más de 1.4 millones de personas de 30 países del mundo.

Este programa tiene su punto más alto en la celebración del Día Internacional del Voluntariado Telefónica (DIVT), una fecha que busca impulsar el que los colaboradores de la compañía dediquen toda una jornada completa a este trabajo. En las últimas ediciones se ha extendido la solidaridad realizando diversas actividades enmarcadas en este día.

El DIVT es un evento en que Telefónica y sus colaboradores, interesados en aportar a la mejora de nuestro planeta, se unen en diferentes actividades en beneficio de comunidades y sitios vulnerables, potenciando que se genere, poco a poco, un cambio en el mundo.

De esta manera, durante el más reciente DIVT, conmemorado el pasado 1 de julio en todo el mundo, México registró más de 900 inscripciones voluntarias en las 11 actividades, 7 de voluntariado digital y 4 presenciales, realizando más de 4 mil horas de voluntariado en beneficio de más de 4 mil personas de forma directa y más de 55,000 de manera indirecta.

Este año, realizamos nuevamente actividades presenciales, como la iniciativa “Conectando con la naturaleza”, reforestación de plantas endémicas en la Sierra de Santa Catarina, ubicada en Iztapalapa, Ciudad de México.

Asimismo, en México se adoptó la actividad “Renacer Digital”, impulsada por Fundación Telefónica Movistar Chile, cuya labor es que los voluntarios Telefónica enseñan a los adultos mayores a usar de manera segura el teléfono inteligente y el uso de WhatsApp para mantenerse conectados con sus familias y amigos.Este año logramos cercanía con “Alimentos que conectan”, una actividad que consistió en preparar mil charolas de alimentos para sumar a combatir el hambre en comunidades vulnerables.

Todo este desempeño nos permite comprender, de manera más sencilla, el peso de participar como individuos en la transformación de nuestro mundo, permitiendo a las nuevas generaciones disfrutar, de la misma manera en que lo hicimos nosotros, de nuestra Tierra y de las personas que la habitamos, para cuidarla y hacer un uso responsable de los recursos.