Durante noviembre aminoró el crecimiento de la población ocupada en México,tanto la formal como la informal, esto dio a conocer el INEGI, ya que publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente a noviembre del 2022. La población ocupada aumentó en 444 mil personas y se ubicó en 58.86 millones de personas. En cambio, en la población desocupada se observó una disminución de 269 mil personas, cayendo a un total de 1.72 millones, su menor nivel desde marzo del 2020. De este modo, la Población Económicamente Activa (PEA) aumentó a 60.59 millones de personas. Con estas variaciones, la tasa de desocupación (desempleo) disminuyó de 3.30% en octubre a 2.85% en noviembre, alcanzando su nivel más bajo desde mayo del 2006.

Según cifras ajustadas por estacionalidad, la tasa de desempleo se ubicó en 3.0%. Asimismo, la población ocupada pasó a representar un 59.1% de la población en edad para trabajar (PEA + PNEA), siendo este su nivel más alto en el registro de la ENOE, que comenzó en enero del 2005.

Dentro de la Población No Económicamente Activa (PNEA), la población disponible, que se compone por las personas que quieren un trabajo pero no realizan esfuerzos para encontrar uno, aumentó en 153 mil personas, ubicándose en 5.45 millones. Tomando en cuenta a esta población para el cálculo de la tasa de desempleo, dado que se trata de personas que sí desean un trabajo y no lo tienen, se obtiene una tasa de desempleo extendido de 10.87%, disminuyendo de 11.10% en octubre y situándose en su menor nivel desde que se tiene registro. En cambio, se observó una disminución de 231 mil personas en la población no disponible, donde posiblemente algunos comenzaron a considerar participar en el mercado laboral, incorporándose a la PEA o a la población disponible.

Un dato negativo fue que se observó un aumento en la subocupación laboral, es decir, aquellas personas que tienen la necesidad y disponibilidad para ofrecer horas de trabajo adicionales a las que su empleo actual les exige. En noviembre se observó un aumento en la tasa, pasando de 7.47% a 7.59%, con lo que la población subocupada alcanzó las 4.47 millones de personas.

El impacto de la pandemia en el empleo se observó principalmente en aumentos en las poblaciones
desocupada, subocupada y disponible, ya que las personas perdieron su empleo y no encontraron
uno nuevo (desocupación), vieron sus horas de trabajo reducidas (subocupación), o perdieron su
empleo y no buscaron uno nuevo (desaliento).

Sumando estas tres situaciones laborales no deseables y expresando la suma como proporción de
la población en edad para trabajar (PEA + PNEA), se obtiene una medida relativa del deterioro en el mercado laboral tras la pandemia. Habiendo partido de un nivel de 13.00% en febrero del 2020, la pandemia ocasionó que el porcentaje de la población en edad para trabajar que se encontraba en una de esas tres situaciones alcanzara un máximo de 35.80% en mayo del 2020.

Conforme la economía se fue recuperando, el porcentaje fue disminuyendo gradualmente, y en noviembre del 2022 cayó hasta 11.68%, ubicándose en su menor nivel desde febrero del 2019. Esto quiere decir que la estructura de la población en edad para trabajar ya regresó a niveles normales, como lo observado antes de la pandemia.