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Nearshoring, ¿El Momento Mexicano?

De la globalización a la regionalización y nearshoring

La globalización ha sido un motor impulsor de la expansión de las cadenas de suministro a nivel mundial. A medida que las barreras comerciales se reducían y la tecnología facilitaba la comunicación internacional, las empresas buscaron optimizar sus costos de producción, externalizando parte de sus operaciones en diferentes partes del mundo. Este proceso condujo a una alta descentralización de la producción y una red compleja de cadenas de suministro.

Esta estrategia de producción, llamada offshoring tomó fuerza en la década de 1980. Esto se hizo evidente en la creación de empleo en Estados Unidos, pues en la década de 1940 la razón de empleos en el sector servicios, con relación a los empleos en la producción de bienes, era aproximadamente de 1.1, implicando que por cada empleo generado en la fabricación de algún producto se creaba poco más de un empleo en el sector servicios. Para la década de 1980 ya había 2.4 empleos del sector servicios por cada empleo de producción de bienes y en el 2000, la razón alcanzó 4 empleos de servicios por cada empleo de producción (Figura 1). Aunque es
natural la migración de la fabricación de productos (sector secundario) hacia el sector servicios para una economía grande y desarrollada como Estados Unidos, la externalización u offshoring de producción lo llevó a un punto donde se disminuían los costos de producir, pero se incrementaba la dependencia de otras economías.

Entre las ventajas del offshoring, destacaba la reducción de costos de producción por menores costos de mano de obra y/o costos de insumos de producción, así como el acceso a otros mercados. El alto grado de descentralización hizo evidente que también había desventajas, particularmente la complejidad logística, el control de calidad, la posibilidad de interrupciones y el cambio en la política de comercio de los países.

De hecho, la estrategia de offshoring perdió fuerza a partir del 2016 con Donald Trump siendo candidato a la presidencia de Estados Unidos y su lema “Make America Great Again” que implicaba, en parte, regresar la producción manufacturera, que estaba externalizada, hacia su país. Trump inició una guerra comercial con China, imponiendo aranceles y reforzando medidas, como las reglas de origen.

Si la guerra comercial inició el proceso de desglobalización, la pandemia de Covid19 dio el golpe final, al resaltar las fragilidades inherentes en las cadenas de suministro altamente descentralizadas. Interrupciones abruptas en la producción, cierres de fronteras y desafíos logísticos revelaron las debilidades de la dependencia de la producción en ubicaciones lejanas al mercado destino.

Del proceso de desglobalización se pasó a la regionalización. Las empresas aún buscan disminuir los costos de producción, pero están conscientes de la vulnerabilidad que representa tener gran parte de su producción al otro lado del mundo.

Entidades federativas ganadoras

Las exportaciones de la mayoría de los estados muestran crecimiento significativo en el periodo del 2016 (previo a la guerra comercial con China y la pandemia) al 2023. Sin embargo, muchos estados tienen una baja participación en las exportaciones totales de México, por lo
que es importante considerar la contribución al crecimiento de las exportaciones totales durante el periodo. Los estados con la mayor contribución al crecimiento de las exportaciones son: Chihuahua (14.1%), Coahuila (14.3%), Nuevo León (10.8%), Baja California (9.0%),
San Luis Potosí (5.6%), Tamaulipas (3.6%) y Jalisco (+4.2%). En conjunto, estas entidades explican el 68.4% del crecimiento de las exportaciones en el periodo de 2016 al 2023

Estas entidades tienen la característica de ser en su mayoría frontera con Estados Unidos o pertenecer al conjunto de estados del Bajío, en donde se ha observado un rápido crecimiento en el sector manufacturero de equipo de transporte.

Más reveladoras son las cifras de crecimiento de la inversión extranjera directa por entidad federativa. En 2022, quitando los flujos extraordinarios de la fusión de Televisa y Univisión y de la reestructura de Aeroméxico, destaca que Nuevo León y Jalisco fueron las entidades
con mayor crecimiento y monto en inversión extranjera directa. Por sector, la inversión se dirigió a Nuevo León al subsector de equipo de transporte, mientras que a Jalisco se dirigió al subsector de fabricación de equipo de cómputo.

El riesgo del Reshoring

México se encuentra compitiendo con otras economías para atraer la inversión extranjera. Países de Europa del Este, Asia, e incluso Sudamérica, también ofrecen oportunidades atractivas para el nearshoring.

Por otro lado, el reshoring, es decir, el retorno de las operaciones comerciales a su país de origen, en este caso, principalmente a Estados Unidos, también está cobrando impulso. Las empresas están reconsiderando la descentralización de sus operaciones y ahora optan
por mantenerlas más cerca o dentro de casa, para un mayor control. Por lo tanto, aunque México cuenta con varias ventajas, es indispensable que continúe mejorando su infraestructura, estabilidad política y económica, seguridad pública y su marco institucional para generar
confianza y mantener su atractivo para la inversión extranjera en este mercado cada vez más competido.

En el periodo post-pandemia (2020-2022), México se sitúa como la segunda economía con mayor recepción de inversión extranjera directa entre los países de América Latina, siendo superada por Brasil que ha logrado recibir 70% más inversión extranjera directa que México
(medida en dólares corrientes). No obstante, analizando el promedio de las variaciones porcentuales anuales de la inversión extranjera directa en el periodo post-pandemia, resalta que México se encuentra entre las más bajas. Incluso Estados Unidos ha logrado aumentar sus flujos de inversión extranjera en mayor proporción que México.

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