El regreso a clases puede, en algunos casos, puede implicar ansiedad a las madres y padres de familia, sin embargo, su trabajo en la educación de la niñez es decisivo y fundamental para que sus hijas e hijos logren una formación emocional, cultural y social exitosa desde el inicio de un nuevo ciclo escolar.

La comunicación con las niñas y los niños es un elemento básico ya que ayuda a incrementar su confianza al escucharlos y entender cómo se sienten antes del regreso a clases. Es importante tener conversaciones con ellos para saber si les preocupa algo o bien, para conocer sus expectativas sobre este nuevo ciclo escolar. Con indagaciones al respecto se pueden reforzar las emociones positivas, identificar posibles temores y trabajarlos con ellos, con la finalidad de que puedan sentirse seguros de que inician una etapa en la que aprenderán muchas cosas. Incluso, una buena estrategia es contarle sobre las propias experiencias y cómo es que hicieron para lograr adaptarse a un nuevo ciclo escolar.

Es muy recomendable que antes del regreso a clases se establezcan metas para el nuevo año escolar, que se acuerden horarios, ayudar en la organización de las tareas y trabajos escolares, así como incluir alguna actividad recreativa que sirva como medio de entretenimiento para generar en la niña o el niño la motivación necesaria para enfrentar el reto que implica iniciar un nuevo ciclo.

Otra manera de ayudar a las niñas y niños en el primer día de clases es platicar con ellos sobre todas las cosas positivas que tiene asistir a la escuela, por ejemplo: el hacer nuevos amigos y mantener a los que ya tiene, trabajar en equipo, aprender de sus compañeras y compañeros y que, a su vez, habrá momentos para divertirse y jugar juntos.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) menciona que retomar la rutina escolar, luego de las vacaciones, no es tarea fácil para las niñas y los niños. Lo más recomendable es que una semana previa a su ingreso se genere una rutina, desde acomodar su ropa para el día siguiente, dormir a cierta hora y despertarlo en el horario que habitualmente tendría que hacerlo para ir a la escuela, hasta organizar horarios de estudio para cada día[1].

Algunos consejos prácticos de preparación para la escuela son:

Buscar junto con las niñas y los niños estrategias para conocer cuáles son las asignaturas en las que tienen dificultades para ayudarles a sentirse más seguros.
Incentivar el desarrollo y aprendizaje, es decir, leer cuentos juntos, contarles historias, jugar, y apoyarlos en las actividades escolares, buscando formas de motivar su curiosidad y ganas de aprender.

Mantener una estructura organizada que brinde seguridad y les permita destinar tiempo a las diversas actividades que las niñas y los niños deben realizar de acuerdo a su etapa de desarrollo.

El Instituto Natura México afirma que se requiere un trabajo sostenido y compartido a largo plazo para que cada estudiante logre aprendizajes significativos. Además, ratifica que la educación se logra de forma colectiva, por eso, en alianza con la UNESCO, Faro Social y Educativo, Fundación Zorro Rojo y Vía Educación, ha puesto en marcha un convenio de colaboración con las Secretarías de Educación de Guanajuato, Nuevo León, Querétaro, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán, para que, en conjunto con las madres, padres de familia y docentes se impulse la mejora de los resultados de aprendizajes fundamentales en lengua, matemáticas y habilidades socioemocionales en miles de niñas y niños de nuestro país.