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21,600 personas sin hogar se benefician por la donación de casas prefabricadas

La tasa de ocupación de los albergues en México sigue creciendo, llegando a operar al total de su capacidad; prueba de ello es que el número de solicitudes de asilo en el país llegó a 140,982 a finales de 2023, cifra que superó en un 19% las solicitudes presentadas en 2022, según datos del último informe de la agencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Esta situación impacta particularmente a regiones como Reynosa, donde los asentamientos informales y la llegada diaria de cientos de personas desplazadas, refugiados y migrantes plantean grandes problemas de condiciones básicas para las personas que los habitan, tales como la higiene, acceso al agua y  falta de alimentación. 

Con el fin de mejorar la condición de los albergues para brindar mayor seguridad, un techo y mejores condiciones de vida, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en colaboración con el DIF de Reynosa, anunciaron la donación de 30 viviendas prefabricadas para el albergue Senda de Vida 2, en apoyo a los miles de desplazados y personas sin hogar que transitan por la ciudad.

Francisco Martínez, presidente de la estaca Reynosa de La Iglesia de Jesucristo, comentó:“ La participación conjunta entre nuestra comunidad y las instituciones gubernamentales refleja el compromiso compartido de brindar atención humanitaria y promover la dignidad, cuidado y mejores condiciones de las personas que se encuentran buscando nuevas oportunidades”.

Durante la entrega de este apoyo humanitario, el cual beneficiará a más de 21,600 personas al año en su paso por la región, se contó con la presencia de Carlos Peña Ortiz, presidente municipal de Reynosa.

El donativo de estas 30 viviendas prefabricadas se suma a una donación similar hecha por la Iglesia el año pasado y permitirán que miles de personas mejoren sus condiciones de vida;  las familias migrantes, desplazados y refugiados, tendrán un espacio seguro, privacidad para descansar, materiales resistentes a la intemperie y protección. Además, se estima que la donación tenga una vida útil de 5 a 10 años, lo que representará una solución duradera y sostenible para atender a diversos grupos en necesidad de albergue temporal en la región.

“Parte de nuestros objetivos con este apoyo es fortalecer la autosuficiencia, por ello los usuarios del albergue participarán en la limpieza y mantenimiento de las viviendas, fomentando la responsabilidad y el sentido de comunidad”, concluyó el representante de la Iglesia.

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