Entre los delitos considerados del fuero común, uno de los que más lastiman a las familias económicamente es el robo a casa habitación. De acuerdo con el Observatorio Interactivo de Incidencia Delictiva, se trata de un delito que ha venido a la baja en los últimos años, con una fuerte caída en 2020 durante la pandemia del Covid-19; repuntó en 2021 y 2022, y volvió a descender en 2023, sobre todo en el último mes cuando hubo menos casos que en los tiempos de cuarentena, donde las personas permanecían más en sus domicilios.

Sin embargo, este año los robos a casa habitación se han incrementado considerablemente, un 10.2% entre diciembre del 2023 y enero del 2024, según datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); pasando de 3,884 a 4,282 indagatorias. Las alertas se encienden sobre todo en tres entidades, que lideraron la prevalencia del este delito durante enero: Estado de México (774 casos), Guanajuato (314) y la CDMX (295).

Independientemente de que en el 2021 se reformó el artículo 167 del Código Nacional de Procedimientos Penales, ordenándose prisión preventiva oficiosa a quienes cometan robo a casa habitación, los ciudadanos tenemos cada vez más a la mano la posibilidad de inhibir este delito usando a la tecnología como aliada para la seguridad y el resguardo de nuestro patrimonio: los sistemas de monitoreo y videovigilancia.

Para Héctor Olivera, director de Marketing y Transformación Digital de Grupo Construlita y Tecnolite Connect (marca mexicana de iluminación inteligente y productos del internet de las cosas), los sistemas de videovigilancia actúan como un potente disuasivo para criminales y ladrones. «Saber que están siendo grabados reduce significativamente la probabilidad de que un hogar sea elegido como objetivo. Además, en contextos como las próximas vacaciones de Semana Santa o cuando se está fuera de casa por largos periodos, las soluciones más recientes permiten vigilar los espacios e inmuebles en tiempo real desde cualquier lugar, utilizando un smartphone, tablet o computadora conectada a internet«; comenta.

Si se presenta un incidente de seguridad, contar con grabaciones de video puede ser crucial como evidencia para la policía y los procesos judiciales, ayudando a identificar y procesar a los culpables. Y en el caso de las instalaciones profesionales conectadas en tiempo real a las redes locales de la policía, como sucede con los bancos y algunos negocios, los sistemas de videovigilancia pueden mejorar la respuesta y la eficacia de las fuerzas del orden al proporcionar evidencia visual inmediata de un crimen en proceso.

Evolución de los sistemas de videovigilancia

¿Cuándo inició el auge de estas tecnologías para la seguridad? En resumen, de acuerdo con el experto de Tecnolite Connect, la historia de la evolución de estos dispositivos empezó en los años 60 y 70, usándose la videovigilancia principalmente en los ámbitos gubernamentales o empresariales. Los sistemas eran análogos, basados en cámaras cerradas de televisión (CCTV) que requerían una instalación fija y monitoreo constante por parte de personal de seguridad.

En los años 80, la digitalización comenzó a hacer que los sistemas de videovigilancia fueran más compactos y fáciles de manejar; sin embargo, su uso domiciliario aún era limitado, instalados principalmente en propiedades de gran valor o en áreas con altos índices de criminalidad. Fue hasta los 90, con la introducción de la grabación digital y el almacenamiento de video en discos duros, que se volvieron más flexibles y menos intrusivos; la tecnología empezaba a ser accesible para las clases medias, observándose cada vez más en zonas residenciales y condominios.

La llegada de la banda ancha a los hogares a partir de este siglo transformó la videovigilancia, pues los sistemas empezaron a conectarse a internet, permitiendo el monitoreo remoto a través de computadoras. Con la popularización de los smartphones y las mejoras en conectividad Wi-Fi, aparecieron las primeras cámaras de seguridad IP accesibles para el consumidor promedio, marcando el comienzo de la videovigilancia doméstica como un producto de consumo masivo. Y desde finales de la década pasada, este segmento se volvió más inteligente; con cámaras que ofrecían reconocimiento facial, detección de movimiento avanzada y análisis en tiempo real, por ejemplo.

Ahora, los kits más avanzados o plus para uso habitacional permiten a las personas cubrir las áreas que requieran mantener monitoreadas de forma automatizada, recibiendo notificaciones y consultando su funcionamiento en todo momento a través de dispositivos móviles, e incluso almacenando video en la nube. Además, siguen aprovechando soluciones clásicas como las alarmas sonoras, activándose mediante sensores de movimiento para que sean escuchadas por las mismas personas dentro del inmueble o por los vecinos cercanos.

Seguridad y tranquilidad en la palma de la mano

Los sistemas se volvieron más integrados con el ecosistema del hogar inteligente, permitiendo una gestión y control más sencillos a través de dispositivos móviles. Algunas de sus posibilidades, son el control desde una aplicación gratuita o a través de comandos de voz, empleando asistentes como Alexa, Google Assistant y Atajos de Siri, entre otros dispositivos interconectados dentro de la tendencia del internet de las cosas.

«Los sistemas modernos de videovigilancia permiten verificar el bienestar de tus seres queridos y mascotas, asegurándote de que estén seguros y bien, incluso cuando no estás en casa. Ahora pueden integrarse con otros dispositivos del hogar inteligente o smart home para crear un ecosistema conectado que mejore la seguridad y la eficiencia energética, entre otros beneficios. Quizás el beneficio más significativo sea la tranquilidad o paz mental que proporciona saber que tu hogar y tus seres queridos están protegidos, lo cual es invaluable. Al prevenir robos o vandalismo, un sistema de videovigilancia puede ahorrarte significativas pérdidas financieras, además de potencialmente reducir las primas del seguro de hogar«; añade Héctor Olivera.

Tener acceso a imágenes en vivo y grabadas de una propiedad, puede ayudar a las personas a tomar decisiones informadas rápidamente en situaciones de emergencia, mejorando la seguridad y la protección los habitantes. Y las soluciones más avanzadas de videovigilancia, pueden integrarse a la vez con sistemas de control de acceso, mejorando la seguridad al monitorizar y controlar quién entra o sale de un hogar. En resumen, un kit de monitoreo en casa ofrece una combinación de seguridad, conveniencia y tranquilidad, haciendo que sea una inversión valiosa para la protección del hogar y los seres queridos.