La economía circular se basa en la premisa de mantener el valor de los productos en el mercado y desvincular el crecimiento económico de los recursos naturales, evitando así la generación de residuos y minimizando el impacto ambiental. Es un sistema regenerativo o restaurativo que prioriza generar impactos positivos, más que solo reducir los negativos. En el caso de las industrias del cuidado personal y del hogar, esto implica repensar el diseño de los productos, fomentar la reutilización de envases y promover la utilización de ingredientes sostenibles y biodegradables.

“Estamos en un momento clave en el que se conjuga la necesidad de reducir la huella ambiental a través de la adopción de procesos productivos circulares y la evolución en las preferencias de consumo que priorizan los empaques reciclables, ingredientes naturales y una congruencia en la cadena de valor”, menciona Rosa María Sánchez Maldonado, directora general de la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos y de la Asociación Nacional de la Industria de Productos del Cuidado Personal y del Hogar (Canipec).

En promedio cada hogar mexicano cuenta con al menos seis productos de cuidado del hogar y personal, el uso de plástico en los envases para limpieza en casa es de 83%, y 61% para los productos personales, con una mayor prevalencia de HDPE (Polietileno de alta densidad), PET (Tereftalato de polietileno) y PP (Polipropileno).

Si bien cada vez hay más opciones sostenibles en materia de productos de estas industrias, es fundamental que las empresas en México comiencen a repensar los procesos de producción, promover la reutilización y el reciclaje de materiales, así como fomentar la colaboración entre diferentes sectores para cerrar los ciclos de los recursos de manera eficiente.

Para promover el reciclaje e impulso a la economía circular la industria ha realizado inversiones por más de 17 millones de pesos a través de su programa GEECI (Grupo Empresarial en Economía Circular), para la creación del Centro de Acopio de Residuos Plásticos del cual se espera reciclar más de 13,000 toneladas de plásticos en un lapso de cinco años; esto como parte de un esfuerzo conjunto de 20 empresas del sector comprometidas con mitigar el impacto que tiene la generación de residuos.

Desde su creación en 2021, dicho proyecto ha propiciado un impacto positivo a través de 18 jornadas de acopio en regiones urbanizadas como Ciudad de México y el Estado de México, dos de las entidades que más generan residuos; ha realizado distintos esfuerzos colaborativos con 60 centros de acopio, en casos específicos como Quintana Roo y Culiacán tienen 2,200 toneladas de almacenamiento y una recolección de residuos de cierre 2022 a 2023 de más de 8,303.71 toneladas de PET, HDPE, PP, LDPE, otros plásticos, vidrio cosmético y aluminio.

“La industria que representamos puede ser más competitiva y rentable en el mercado si transforma ese activo que dejó de ser útil en un producto que genere valor, evitando la generación desbordada de residuos, así como el desecho de estos”, argumenta Sánchez Maldonado.

Los envases que se acopian son:

• Tereftalato de Polietileno (PET de color, exótico, con pigmentos): presente en los shampoos, cremas capilares, gel y artículos de limpieza como lavatrastes y limpiadores de superficies.
• Polietileno de Alta Densidad (PEAD): utilizado en los envases de detergentes líquidos, suavizantes, cremas y shampoos.
• Polietileno de Baja Densidad (PEBD), Polipropileno (PP) y Otros: utilizado en rubores, esmaltes, tubos de cremas, labiales, empaques de jabones de barra, tubos de pasta de dientes y cepillos de dientes.
• Vidrio cosmético: Utilizado en perfumes, lociones y testers.
• Aluminio: Utilizado en antitranspirantes.