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Tres temas que preocupan al peso mexicano de cara al último trimestre del año: CIBanco

Está por comenzar el cuarto trimestre del año, y existe una percepción de que la cotización cambiaria en cualquier momento se puede subir por los riesgos que se avecinan, tanto internos como externos.

El peso mexicano va a cerrar septiembre con una depreciación acumulada desde el resultado electoral cercana al 15%, en niveles alrededor de $19.70 spot.

En las últimas semanas, el rango de cotización ha sido acotado. Por momentos intentó romper hacia abajo los $19.0, para luego presionarse hacia $19.75.

Son varios los temas que generan inquietud entre inversionistas y operadores, que podrían traducirse en volatilidad y presión sobre la moneda. Tres dominan el interés de los mercados financieros locales.

El primero es qué sucederá una vez que tome posesión la presidenta Claudia Sheinbaum. Es un hecho incierto. Algo parecido sucedió cuando comenzó su mandato el presidente López Obrador, hecho que suscitaba varias preocupaciones. Al final, en el primer mes de su mandato el peso mexicano se apreció cerca de 3.5%, porque los mensajes que envió fueron relativamente bien recibidos por los mercados.

Algo similar puede suceder en esta ocasión. Los primeros mensajes de Sheinbaum serán relevantes, inicialmente sobre todo aquellos relacionados con el tema de la reforma al poder judicial.

Debido a comentarios y declaraciones de próximos integrantes del gobierno de Claudia Sheinbaum, no se puede descartar que en la legislación secundaria sobre la reforma al Poder Judicial ya aprobada se establezcan defensas que den tranquilidad a los agentes económicos, sobre todo inversionistas.

De aquí al cierre de 2024, existen mayores posibilidades de tener noticias medianamente positivas sobre este tema, que negativas. No dejará de ser un retroceso la aprobación de la Reforma, pero para los mercados financieros locales parece que la presión de corto plazo por este asunto ya concluyó.

El segundo, también será relevante la presentación del paquete económico 2025. La fecha límite para la entrega del Paquete Económico 2025 al Congreso es el 15 de noviembre, y el plazo para su aprobación es el 15 de diciembre próximo.

De acuerdo con lo comentado por la presidenta electa Claudia Sheinbaum y el Secretario de Hacienda, Ramirez de la O, se mantiene la meta de lograr un déficit público del 3.5% del PIB para el próximo año (desde el 5.9% establecido para este año). Esto implica una reducción importante del gasto público, que podría acercarse a los 800 mil millones de dólares.

El Paquete tendrá dos implicaciones relevantes. Por un lado, permitirá evaluar el riesgo de recesión en México que podría generarse al conjugarse un menor gasto público, con una moderación en el desempeño de la economía estadounidense y la incertidumbre en torno a las reformas constitucionales (además de la Judicial también es probable que en diciembre se apruebe la eliminación de órganos autónomos).

Por otro, la respuesta de las agencias calificadoras sobre sí suena creíble o no lo propuesto. En este sentido, más que el riesgo de una degradación crediticia o incluso la pérdida del grado de inversión, lo que podría implicar es una revisión a la baja en la perspectiva.

En nuestro escenario base el Paquete no será muy distinto al de otros años, en el sentido de que se le dará el beneficio de la duda sobre el cumplimiento de las metas de recaudación y gasto público, así como del cuadro macroeconómico que lo sustente. Por consiguiente, el impacto en la cotización cambiaria sería limitado. El tercero y último, está la preocupación en torno a las elecciones en EUA.

El próximo martes 05 de noviembre se llevan a cabo las elecciones en EUA. El peor escenario, aunque no el más probable, es un triunfo de Trump con dominio del partido republicano en las dos Cámaras del Congreso.

Debido a la constante retórica en contra de México (y China) con amenaza del establecimiento de aranceles y de restricciones a la inversión, y con la revisión del TMEC en puerta (2026), existe la preocupación de repetir un escenario de depreciación cambiaria como el registrado en la elección en EUA de 2016.

Aunque no se puede descartar este peor escenario, consideramos que la situación es muy diferente a la de 2016, por dos elementos. El primero es que la principal razón del impacto negativo en la elección de 2016 fue la sorpresa. Pocos anticipaban un triunfo de Trump. Ahora por momentos se ha pensado que tiene mayores probabilidades de triunfo, por lo que el mercado se ha ido acomodando a esa posibilidad. La segunda es que, durante su mandato, los mercados se terminaron acostumbrando al estilo de Trump. Después de esa presión inicial en la moneda mexicana, en semanas posteriores a su toma de protesta, el peso comenzó a recortar pérdidas. Sus comentarios y amenazas, sobre todo a través de su cuenta de Twitter (ahora X) fueron perdiendo fuerza y credibilidad.

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