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1 de cada 5 gerentes comete fraude dentro de su empresa: MIDOT

Uno de cada cinco gerentes es responsable de cometer algún tipo de fraude al interior de su organización, una conducta nociva que impacta gravemente a las empresas, y que se mantiene como un problema recurrente, especialmente entre quienes ocupan cargos directivos.

La versión actualizada del Reporte de Integridad Laboral MIDOT 2024 revela que el20% de las figuras gerenciales de las compañías es responsable de cometer fraude. Esta cifra pone en relieve la importancia de fortalecer la integridad dentro de las empresas, pues un  colaborador en una posición alta o fundamental para la operación de la organización, tardará y será más difícil enser descubierto, comenta Fernando Calderón, Managing Director de Midot Latam.

Datos de la Asociación de Certificadores de Fraude (ACFE) destacan que las pérdidas provocadas por empleados de mayor rango pueden ser hasta 22 veces mayores quelas generadas por colaboradores de otros niveles del escalafón.

Mientras los fraudes cometidos por otros empleados promedian los 30 mil dólares, los gerentes o coordinadores pueden causar pérdidas de hasta 300 mil dólares por caso, y los dueños o ejecutivos, aproximadamente 675 mil dólares, comenta

“Detectara un gerente o ejecutivo que comete fraude es un proceso más complicado y cuanto más tiempo pase sin ser descubierto mayor es el daño económico”, agrega Fernando Calderón.

Se estima que si se identifica el fraude dentro de los primeros dos años, las pérdidas pueden rondar los 500 mil dólares por persona involucrada, una cifra que podría ser devastadora para cualquier organización.

La edición 2024 del Reporte de Integridad Laboral analizó 1 millón 500 mil pruebas en Latinoamérica de las cuales corresponden 663 mil a México. Entre los resultados destaca que el proceso de mentir o falsear datos, lo que impacta negativamente para la compañía, comienza muchas veces en los buscadores de trabajo mintiendo en el CV, o al intentar manipular las pruebas psicométricas.

Tipos defraudes más comunes

El fraude dentro de las empresas no se limita a los gerentes o directivos; los empleados también cometen actos fraudulentos en diversas áreas clave. Entre los más comunes, se encuentra el fraude en la nómina, un problema que aumenta con el tamaño de la empresa. En organizaciones con cientos o miles de empleados, se vuelve complicado mantener un control riguroso sobre la nómina, lo que abre la puerta a que algunos supervisores puedan incluir a familiares o amigos como empleados ficticios, o asignarles horas extras que nunca se trabajaron.

Otro fraude común se da en el área de ventas, donde los colaboradores  pueden coludirse con clientes para ofrecer descuentos a cambio de sobornos. Estas acciones no solo afectan los ingresos de la empresa, sino que también pueden distorsionar los resultados de ventas y comisiones, favoreciendo prácticas poco éticas. Para prevenirlo, el análisis constante de los precios, descuentos y notas de crédito es crucial.

Los gastos corporativos y de viajes son otra área vulnerable. Las tarjetas corporativas, aunque útiles para facilitar operaciones, son frecuentemente abusadas cuando no existen controles adecuados. Los empleados pueden realizar gastos personales que se disfrazan como empresariales, lo cual puede pasar desapercibido si no hay una supervisión rigurosa.

El fraude con proveedores también es una práctica común, ya que, en este caso, los empleados pueden crear “proveedores fantasmas” y generar facturas por productos o servicios inexistentes.

Estudios recientes de PwC han revelado otros delitos comunes, como la apropiación indebida, la corrupción, el soborno y la manipulación contable.

¿Qué detona este delito?

Es importante mencionar que los casos de fraude no ocurren en un vacío sino que, responde a un conjunto de factores que facilitan o incentivan su aparición.

“La falta de estructuras adecuadas en las organizaciones y de un sistema de evaluación, así como la escasa capacitación en estos temas, son detonantes de este acto contraproducente para la compañías; muchas pymes -por ejemplo- se encuentran muy  vulnerables ante este tipo de delitos”, precisa Calderón.

No obstante, los valores y la ética personal de los empleados también juegan un papel fundamental. En este sentido, el Triángulo del Fraude –un modelo ampliamente aceptado en la comunidad empresarial–, sugiere que existen tres causas principales:

  • La presión por problemas financieros.
  • La oportunidad generada por la falta de controles internos.
  • La atracción hacia los beneficios potenciales de cometer el fraude.

Estas condiciones, cuando se juntan, incrementan de manera significativa las probabilidades de que un empleado decida cometer fraude.

Al respecto, Fernando Calderón subraya que las empresas éticas y transparentes no sólo cumplen con las leyes y regulaciones, sino también deben fomentar una cultura organizacional basada en la transparencia propiciada por sistemas de evaluación y de denuncias eficientes.

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