En un mundo cada vez más pendiente de la sostenibilidad y la eficiencia, la industria está viviendo una evolución significativa, en la que se presentan nuevos retos para el sector arquitectónico y de construcción. La tecnología como gran aliada ha traído importantes cambios en la forma de hacer y habitar los edificios, trayendo consigo una transición de los edificios tradicionales hacia los Smart Buildings, o edificios inteligentes, que no solo mejoran significativa en la calidad de vida de sus ocupantes, sino también permiten construir un futuro más resiliente y responsable con el medio ambiente. Según un informe de Johnson Controls, los edificios son responsables del 40% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo que hace que la adopción de tecnologías sostenibles sea urgente. En este sentido, Grupo Arqual, referente de la industria arquitectónica en México, comparte un panorama sobre esta tecnología y cómo es que los edificios tradicionales se están convirtiendo en edificios inteligentes.

¿Qué es un edificio inteligente?

Estos edificios están dotados de tecnologías innovadoras como inteligencia artificial o el Internet de las cosas (IoT), cuyo objetivo es mejorar es aspectos como seguridad, accesibilidad, gestión y eficiencia energética; pues bien, estas construcciones se caracterizan por poseer sistemas que permiten una gestión integrada de las funcionalidades del edificio, mejorando ahorro energético. También permite integrar de mejor manera la construcción con el medio en el que se encuentra y la automatización de las instalaciones.

¿Qué tecnologías vuelven a un edificio inteligente?     

1.     Dispositivos IoT  y sensores: Estos dispositivos recopilan una gran cantidad de datos sobre el entorno interno y externo del edificio, desde la temperatura y la humedad hasta la ocupación de las salas y la calidad del aire. Gracias a esto, los elementos muebles e inmuebles que hay en su interior, son capaces de estar conectados entre sí y adaptarse según las condiciones internas y externas del edificio. La integración de sensores IoT en edificios inteligentes ha demostrado reducir el consumo de energía hasta un 15% y los costos de mantenimiento en un 25% mediante el mantenimiento predictivo.

2.      Análisis de datos: Gracias al análisis predictivo, los edificios inteligentes pueden procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real para identificar patrones, tendencias y anomalías, permitiendo una toma de decisiones más informada y proactiva.

3.      Sistemas de automatización: Estos sistemas permiten a los edificios ajustar automáticamente la iluminación, la climatización, la seguridad y otros aspectos en función de los datos recopilados y preferencias de los usuarios. Estos sistemas permiten monitorear y controlar todas las funciones del edificio.

4.      Plataformas de gestión: La comunicación entre los dispositivos y sensores es fundamental para el funcionamiento eficiente de un edificio inteligente. Para hacer posible que todos los datos puedan ser procesados y gestionados de manera automatizada, una plataforma de gestión integral permite visualizar el estado de todos los sistemas, combinar datos de diferentes fuentes como sensores, bases de datos o sistemas de información externos y procesarlos tanto en tiempo real como en histórico.

5.      Inteligencia artificial: La inteligencia artificial hace posible que las máquinas aprendan de la experiencia y se ajusten a entornos en constante cambio, lo que permite que un edificio evolucione mejorando su eficiencia en base al reconocimiento de patrones de los datos recogidos y aplicado a algoritmos optimizados.