El partido Acción Nacional renovó su dirigencia nacional con escasa participación. En una elección abierta a los militantes, el pasado 10 de noviembre, el PAN eligió al abogado Jorge Romero como presidente nacional del partido para el período 2024-2027. Con 79% del voto
emitido, el capitalino Romero se impuso sobre la tlaxcalteca Adriana Dávila. Aunque no por mucho, ésta ha sido la elección menos participada de los cuatro procesos que el PAN ha abierto para renovar su dirigencia, pues sólo acudió a votar menos de la mitad de su militancia .

A partir del 2014, el PAN dejó de elegir a sus dirigentes en sesión cerrada de su consejo político, integrado por poco más de 300 consejeros nacionales, y dio paso a elecciones abiertas a toda la militancia. En principio, el partido debe renovar su dirigencia cada tres años, después de la
elección federal. Sin embargo, Marko Cortés (2018-2024) se habrá mantenido al frente del partido durante seis años, porque en 2021 nadie se postuló para contender por el relevo y el consejo político le renovó el nombramiento. Ahora, en un entorno de crisis, el margen de la victoria de Romero desactivó cualquier potencial conflicto post electoral.

Hay continuidad en la corriente política de la dirigencia del PAN. Romero forma parte del grupo
político de Marko Cortés y Ricardo Anaya (candidato presidencial en 2018). Tiene 45 años, es licenciado en derecho por la Escuela Libre de Derecho y hace 19 años que milita en el PAN. Fue consejero nacional desde el 2010 y su carrera política la ha hecho en la Ciudad de México. Fue diputado local en dos ocasiones (2006-2009 y 2015-2018); alcalde en Benito Juárez (2012-2015) y diputado federal por la Ciudad de México (2018-2024). Claudia Sheinbaum y la dirigencia de Morena han sido críticos de la elección de Romero, por estar asociado a presuntos actos de corrupción. La narrativa recuerda a los ataques que recibió Anaya cuando fue candidato presidencial, en ninguno de los dos casos ha habido juicios.

En los últimos seis años el PAN retrocedió electoralmente, especialmente en la dimensión local.
Comparando el balance de cargos públicos encabezados por el PAN antes y después de Cortés, el PAN perdió 6% de senadores, 11% de diputados federales y siete de las doce gubernaturas que defendió: Baja California Norte, Baja Sur, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz. Esto representó perder 65% de población estatal que gobernaba. También dejó de gobernar 27% de la población municipal que tenía y perdió 29% de sus diputaciones locales.

El PAN tiene el padrón más bajo del sistema mexicano de partidos políticos. Actualmente hay sólo 306 mil panistas registrados, cifra que contrasta con los 2.3 millones de militantes de Morena, ambos datos constituyen los extremos del espectro. De acuerdo con la legislación electoral, el número mínimo de afiliados que un partido político debe tener es 250 mil (0.26%
del padrón electoral del INE), es decir que el PAN apenas cubre el requisito.

Cargos de elección popular, PAN y PRI 2018 -2024 (%)

2018     2024   2018     2024

Federales
Senadores                 18          17        10         13
Diputados                  16          14          9            7

Locales
Población estatal        33         11        37            3
Población municipal    27         20       16            9
Diputados                    21         15       17            9

En balance, no es claro si la alianza PAN-PRI-PRD impulsada por Cortés y los dirigentes de esos otros partidos fue útil para el PAN. Muchos panistas estuvieron en desacuerdo con la alianza porque consideraban que se trataba de partidos ideológicamente enfrentados por más de 80 años y que la mala imagen del PRI alcanzaría al PAN. Sin embargo, la alianza se formalizó desde 2021.

Inicialmente tuvo éxito, en 2021 los tres partidos juntos obtuvieron 35% más diputados federales y recuperaron alcaldías importantes en el Estado de México y la Ciudad de México. Un año después, en 2022, gracias a la estrategia aliancista, el PAN logró retener la gubernatura de Aguascalientes, y el PRI la de Durango. Sin embargo, en 2024 la alianza perdió posiciones en todas las pistas que se disputaron, federales y locales. La estrategia aliancista ha sido especialmente rechazada por los cuadros locales, que con frecuencia se ven obligados a ceder candidaturas y oportunidades de crecimiento político a los candidatos de los partidos aliados.

Oposición enfrentará retos estructurales en 2027, cuando también se renovarán 15 gubernaturas. Los principales desafíos que vislumbramos son i)mejorar su imagen, ii) definirse ante la estrategia de alianzas, iii) fortalecer su competencia local, iv) definir su postura y narrativa frente al gobierno federal, v) solucionar sus sangrías internas, vi) ofrecer representación al
electorado y vii) impulsar a jóvenes líderes políticos, con mejores campañas. La imagen de PAN y PRI es mala, al PRI lo asocian con corrupción y al PAN, con grupos elitistas. Prácticamente nadie recuerda beneficios de tener un gobierno panista o priista.

Algunos panistas consideran que su partido debiera aliarse con MC y disociarse de la mala imagen del PRI, pero MC podría exigir posiciones dominantes para aceptar ese esquema o preferir mantener su estrategia de ir solo para diferenciarse simultáneamente de Morena y de la desacreditada oposición tradicional. De las 15 gubernaturas que se renovarán en 2027, el PAN
sólo gobierna Chihuahua y Querétaro, que tendría que retener para no debilitarse más, no será fácil. Pero la revisión del mapa de capitales muestra que la oposición aún sobrevive en esa dimensión, a la que aporta mayor apariencia de pluralidad de la que exhibe la política federal actual.