La Ciudad Amarilla en Yucatán celebra 23 años de ser denominada Pueblo Mágico Actualidad por Esperanza Lobo - febrero 19, 20250 Conocida como “La Ciudad Amarilla”, Izamal es un Pueblo Mágico desde hace 23 años y es conocida por su característico color amarillo azafrán que adorna todos sus edificios del centro de la población. Su nombre en voz maya significa “Rocío que cae del cielo”. Es un pintoresco destino que se ha convertido en un ícono turístico de la entidad, que cuenta con una extraordinaria ubicación en el corazón de Yucatán, que fusiona la riqueza de la herencia maya con la majestuosidad de su arquitectura colonial, ofreciendo una experiencia única que transporta a las y los visitantes al pasado, a través de su ambiente místico y lleno de historia. UN VIAJE AL PASADO Al caminar por las tranquilas calles empedradas de Izamal, se siente como si se retrocediera en el tiempo. El Convento de San Antonio de Padua, que se erige sobre una pirámide maya, simboliza la unión de las tradiciones prehispánicas y coloniales, albergando el atrio abierto más grande de América Latina. Este monumental edificio destaca no sólo por su tamaño, sino también por la historia que guarda en sus muros, siendo un importante lugar de peregrinación. Dato curioso: en 1993, el Papa Juan Pablo II visitó Izamal para celebrar una misa en este mismo convento, un evento histórico para la ciudad. Izamal es un testimonio viviente de la civilización maya, resguardando vestigios arqueológicos que revelan su relevancia histórica. La Pirámide de Kinich Kakmó, dedicada al Dios solar maya, es uno de los principales atractivos turísticos. Con una altura de 35 metros y una base de 75 metros, es una de las pirámides más grandes de Yucatán, y desde su cima, se puede disfrutar de una impresionante vista panorámica de la ciudad y sus alrededores. GASTRONOMÍA TRADICIONAL Su gastronomía representa otro de sus grandes atractivos. Restaurantes como Kinich y Zamná ofrecen una experiencia culinaria única, donde las tortillas de maíz son amasadas a mano por las cocineras locales, utilizando recetas tradicionales transmitidas de generación en generación, proceso artesanal que resalta los sabores auténticos de la región, que permiten saborear la esencia de Yucatán en cada bocado. UN VIAJE AL PASADO Al caminar por las tranquilas calles empedradas de Izamal, se siente como si se retrocediera en el tiempo. El Convento de San Antonio de Padua, que se erige sobre una pirámide maya, simboliza la unión de las tradiciones prehispánicas y coloniales, albergando el atrio abierto más grande de América Latina. Este monumental edificio destaca no sólo por su tamaño, sino también por la historia que guarda en sus muros, siendo un importante lugar de peregrinación. Dato curioso: en 1993, el Papa Juan Pablo II visitó Izamal para celebrar una misa en este mismo convento, un evento histórico para la ciudad. Compartir en Facebook Compartir Compartir en TwitterTweet Compartir en Pinterest Compartir Compartir en Linkedin Compartir Compartir en Digg Compartir