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De maquiladores a creadores, el salto pendiente de México en tecnología médica

México se ha consolidado como un gigante manufacturero en el sector de dispositivos médicos, posicionándose como el primer exportador en América Latina y el octavo a nivel mundial; sin embargo, detrás de este éxito industrial, persiste un desafío estructural: la falta de tecnología propia desarrollada desde cero en el país por lo que Hugo Paulino Beltrán, empresario del ramo de la salud y la tecnología, hace un llamado a “dar el salto pendiente y convertirnos de maquiladores a creadores e impulsar la marca Hecho en México”.

«Las circunstancias económicas que vive México actualmente son la ocasión perfecta para dar un giro radical a la forma de relacionarnos con el mundo empresarial del exterior. Con un golpe de timón donde se involucren la sociedad civil, las empresas y el gobierno, podemos impulsar de forma efectiva la marca Hecho en México y respaldar los productos de alta calidad creados en nuestro país», afirmó Hugo Paulino Beltrán, presidente de la Comisión de Salud de la Coparmex Ciudad de México.

El también CEO de CirkloMed hizo un llamado a sus colegas empresarios a «trabajar en el desarrollo de dispositivos médicos mexicanos y apostar por la tecnología nacional. Necesitamos pasar de ser un país que importa tecnología a uno que la exporta. Hoy exportamos insumos agrícolas y maquilamos, pero no exportamos innovación. Sin embargo, tenemos mentes brillantes capaces de desarrollar tecnología de punta».

Paulino Beltrán también exhortó a los distintos niveles de gobierno a apoyar las actividades de los emprendedores mexicanos e invertir junto con la iniciativa privada para crear productos innovadores. También instó a los empresarios a consumir tecnología nacional y a la sociedad a respaldar las marcas Hecho en México, destacando que «el beneficio sería doble: ganar independencia tecnológica y fortalecer nuestra salud pública con dispositivos médicos nacionales, de alta calidad y a precios competitivos».

Actualmente, aunque México cuenta con clústeres industriales especializados en ciudades como Tijuana y Ciudad Juárez, donde operan numerosas empresas extranjeras, la innovación mexicana en el diseño y patente de dispositivos médicos aún es limitada, mientras las universidades públicas, como la UNAM y el IPN, han generado avances importantes en bioingeniería y salud digital, pero pocas de estas ideas logran convertirse en productos comercializables.

La principal barrera radica en el bajo gasto en investigación y desarrollo (I+D), que representa menos del 1% del PIB, muy por debajo de otros países líderes en innovación; además, la vinculación entre academia e industria es débil, y las startups médicas enfrentan dificultades para acceder a financiamiento especializado.

Como resultado, muchas tecnologías creadas en México dependen de insumos y componentes importados, lo que limita la autonomía tecnológica. Incluso, algunos emprendedores optan por aliarse con corporativos extranjeros para poder escalar sus innovaciones, diluyendo la propiedad intelectual mexicana.

Para transformar este panorama, Paulino Beltrán, presidente de la Comisión de Salud de la Coparmex Ciudad de México, sugiere fortalecer los fondos de capital de riesgo enfocados en salud tecnológica, fomentar acuerdos entre universidades y empresas nacionales, y establecer políticas públicas específicas que incentiven la innovación médica.

El futuro de la tecnología médica mexicana no solo depende de su capacidad para fabricar, sino de su voluntad para crear. El desafío está claro: pasar de ser una potencia manufacturera a un centro de innovación global, finalizó el director de CirkloMed.

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