Para Ángel García-Lascurain, presidente Nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) en conferencia de prensa virtual comentó que son de suma importancia los resultados de las elecciones del próximo 6 de junio, ya que son las más grandes, pero no solo eso, sino que se requiere que sean aceptados por todas las partes, aunque espera que no haya cuestionamientos para que no se de un entorno de incertidumbre que afecte la inversión extranjera, misma que desde el 2016 ha salido del país

“Nos preocupa un escenario de conflicto, el cual puede ser factible. Desde nuestra perspectiva, deseamos que sea un proceso limpio, transparente, donde las partes acepten los resultados y permitan generar un ambiente de certidumbre para lo que sigue en México hacia los siguientes años”.

Asimismo, García-Lascurain dijo que el próximo 6 de junio serán las elecciones intermedias de mayor relevancia en México por número de cargos que se estarán disputando y su relevancia y puntualizó que dentro de los poco más de 20 mil puestos que se elegirán, destacan 500 diputados federales y 15 gubernaturas, además de mil 063 congresistas locales, mil 923 ayuntamientos, entre otros.

“Desde el IMEF invitamos a la ciudadanía a ejercer un voto libre y secreto, basado en una reflexión profunda y un estudio completo de las propuestas de quienes buscan un cargo de elección popular, ya que de este ejercicio democrático se desprenderán las políticas públicas y las acciones que definirán el rumbo del país en los próximos años”, indicó el presidente del IMEF.

Economía en el país

Dentro de todos los sucesos acontecidos como consecuencia de la crisis por la pandemia del COVID-19, resalta una pequeña mejoría en cuanto a la recuperación económica, lo que ha propiciado ajustes al alza en los pronósticos de aumento del PIB. Sin, embargo, algunos aspectos siguen generando preocupación para el panorama de crecimiento.

García-Lascuraín señaló que estos aspectos se relacionan con que a pesar del avance de la inversión fija bruta en febrero pasado, está en un nivel similar al de diciembre de 2010, y las condiciones desfavorables para propiciarla continúan vigentes y podrían deteriorarse aún más si el resultado del próximo proceso electoral lleva a una confrontación entre el gobierno y el sector privado, y a un debilitamiento de las instituciones de la democracia por motivos partidarios.