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BlackRock no financiará empresas que no sean sustentables

Fink inicia la década del veinte reiterando que “una empresa no puede lograr ganancias a largo plazo sin adoptar un propósito y tener en cuenta las necesidades de una amplia gama de partes interesadas”.

En una carta a principios de enero, el fondo de inversión BlackRock envió un mensaje claro a los consejeros delegados de las empresas: quien no se tome en serio el cambio climático y los criterios ESG (medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo), se quedará fuera del radar inversor del fondo que controla unos 7,4 billones de dólares. El pasado ejercicio la gestora no apoyó la continuidad de 4.800 directivos de 2.700 empresas por su falta de compromiso con la sostenibilidad.

No es la primera vez que su fundador y consejero delegado, Larry Fink, da señales en este sentido, pero en su carta en su carta de este año a los inversores ha señalado más claro que nunca que el cambio climático será el eje central de la estrategia de inversión de la entidad.

“La conciencia está cambiando rápidamente, y creo que estamos al borde de una reforma fundamental de las finanzas”, indicó Fink. “Los inversores cada vez más reconocen que el riesgo climático es un riesgo de inversión”.

La gestora también considera que nos encontramos a punto de presenciar una importante reasignación de capital. “Nuestra convicción de inversión es que las carteras integradas en la sostenibilidad y el clima pueden proporcionar mejores retornos ajustados al riesgo para los inversores. Y con el aumento del impacto de la sostenibilidad en los rendimientos de la inversión, creemos que la inversión sostenible es la base más sólida para las carteras de clientes en el futuro”. Además, anunció que quiere incrementar los activos gestionados sostenibles de los 90.000 millones de dólares actuales a más de un billón de dólares.

Se sumó el anuncio, en la carta a sus clientes, del compromiso de liquidar las inversiones en productores de carbón térmico, duplicar la oferta de fondos cotizados (ETFs) conforme a esos principios ESG y colaborar con proveedores de índices para ampliar y mejorar el universo de índices sostenibles.

Pero lo más destacado de la carta fue el pedido de mejorar la divulgación de información no financiera, a través de metodologías como la Junta de Normas de Contabilidad de Sostenibilidad (SASB) y el TCFD, y el anuncio de desinversión.  Fink exige saber  cómo las empresas gestionan las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad, más allá del clima hacia la gestión de las partes interesadas y la sostenibilidad de su cadena de suministro. Destacó que utilizarán estas divulgaciones para determinar si las empresas administran y supervisan adecuadamente estos riesgos dentro de sus negocios y planifican adecuadamente el futuro.

“Cuando creamos que las compañías y las juntas no están ofreciendo información eficiente sobre sostenibilidad o implementando marcos para abordar estos problemas, haremos responsables a los miembros de la junta», advierte.  “Y estaremos cada vez más dispuestos a votar en contra del equipo directivo cuando las empresas no progresen lo suficiente”.

Fink y BlackRock potencian así una cruzada por la que ya llevan años luchando. Se destaca la carta a delegados de enero de 2018, titulada ‘Sentido de propósito’, que emplazaba a los directivos a trascender el objetivo de ‘crear valor para el accionista’.  En esta nueva carta, Fink inicia la década del veinte reiterando que “una empresa no puede lograr ganancias a largo plazo sin adoptar un propósito y tener en cuenta las necesidades de una amplia gama de partes interesadas”.

Gabriela Romero Rivera
Periodista, Editora, Fotógrafa y siempre Reportera. La arquitectura, turismo y la Sustentabilidad me apasionan.
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