La sesión se caracterizó por un incremento en la percepción por riesgo en los mercados financieros globales, debió a tres principales factores:

1.La propagación de la variante delta de coronavirus, que ha llevado a algunos países a imponer medidas de contingencia lo que ha causado una desaceleración de la actividad económica.

2.La publicación de indicadores económicos débiles en China y Estados Unidos como resultado de la propagación de la nueva variante del coronavirus. En China, se publicaron las ventas minoristas de julio, las cuales crecieron a una tasa anual de 8.5%, por debajo del 12.1% del mes previo y también por debajo de las expectativas del mercado. Asimismo, la producción industrial de ese país también creció a un menor ritmo de 6.4% en julio, desde 8.2% el mes previo y por debajo de las expectativas.

Cabe recordar que, en Estados Unidos, la semana pasada se publicó una caída del sentimiento del consumidor en el mes de agosto, que se ubicó en 70.2 puntos, su menor nivel desde diciembre de 2011.

3. El incremento en las tensiones geopolíticas, luego de que los talibanes tomaron la capital de Afganistán tras 20 años de lucha contra Estados Unidos. Aunque este no es un evento que tenga un impacto económico global, el resurgimiento del poder de los talibanes pone en duda el rol internacional de Estados Unidos.

Lo anterior causó que la demanda por activos refugio aumentara, y llevó al oro a cerrar la sesión cotizando en 1,787.95 dólares por onza, con un aumento de 0.46% en su precio. El incremento en el precio del oro también se dio a la par de una reducción en los rendimientos de los bonos del Tesoro en Estados Unidos, puesto que esto reduce los costos de oportunidad de mantener inversiones en commodities que no devengan intereses. En la sesión la tasa a 10 años de los rendimientos de los bonos estadounidenses se redujeron 2 puntos base, ubicándose en 1.26%.

Esta semana, los participantes del mercado se mantienen a la espera de la publicación de las minutas de política monetaria de la Reserva Federal, así como el discurso del presidente de la Fed, Jerome Powell.

Por su parte, la mayoría de los metales industriales cerraron la sesión con pérdidas, la posibilidad de que la demanda por estas materias primas se pueda ralentizar, con la propagación de la variante delta del coronavirus. La preocupación aumentó ante la publicación de los indicadores económicos débiles de China, principal consumidor de commodities del mundo.

Ante esto, el precio del cobre se redujo 1.29% y finalizó cotizando en 9,419.5 dólares por tonelada métrica, mientras que el precio del níquel cerró la sesión cotizando en 19,510 dólares por tonelada métrica, con una disminución en su precio de 0.74%. Asimismo, el precio del zinc se redujo en 0.08% y cerró la sesión cotizando en 3,031 dólares por tonelada métrica.

Por el contrario, el aluminio cerró la sesión cotizando en 2,602 dólares por tonelada métrica, lo que equivale a un aumento en su precio de 0.08%. Lo anterior se da ya que Rusia ha impuesto un gravamen del 15% a las exportaciones de aluminio entre agosto y diciembre. Cabe destacar que, la demanda por el metal industrial es amplia sobre todo en la industria del transporte y el embalaje, la cual se enfrenta también a un aumento en los costos de transportación ante los problemas en las cadenas de suministros.

Finalmente, los commodities agrícolas cerraron la sesión con resultados mixtos.

Por un lado, el maíz cerró la sesión con pérdidas, cotizando en 5.69 dólares por bushel, lo que equivale a una reducción en su precio de 0.61%, luego de que la semana pasada el precio del grano alcanzará un máximo mensual de 5.94 dólares.

Por el contrario, el trigo y la soya cerraron la sesión cotizando en 7.75 y 13.68 dólares por bushel, lo que equivale a incrementos en su precio de 0.16 y 0.22%.

Hay que mencionar que, los participantes del mercado se mantienen a la espera de la gira anual de cultivos Pro Farmer que comienza este lunes, ya que puede dar una visión más clara de las perspectivas de producción de Estados Unidos. Algunas partes del sector agrícola se han visto afectadas por la sequía este verano, mientras que otros estados han visto condiciones favorables. El tamaño final de la cosecha podría dar una nueva dirección a los precios.