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Agroempresas: piezas claves para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible en México

Desde playlists para promoverlos, reconocimientos a quienes trabajan por su cumplimiento o sencillas guías sobre lo que se debe saber sobre ellos, una búsqueda rápida en internet muestra la urgencia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como si cada una de estas metas se tratara de un constante tic tac en el reloj global, con el año crucial de 2030 esperando la vuelta de la esquina.

No es para menos, aprobados en 2015, los 17 ODS son el plan maestro para conseguir un futuro sostenible para todos. Se interrelacionan entre sí e incorporan barreras globales a los que nos enfrentamos día a día, como la pobreza, la desigualdad, el clima, la degradación ambiental, la prosperidad, la paz y la justicia, según revela el sitio oficial de Naciones Unidas.

“Bajo la idea de que para no dejar a nadie atrás es necesario cumplirlos y si bien la pandemia se tradujo en un reto para los ODS, hoy existe un viraje positivo y desde muchos frentes se están impulsando; su importancia radica en que se trata de la única opción que tenemos para contar con un hogar planetario, donde las agroindustrias son claves para lograrlo, con grandes beneficios comunitarios de por medio para el país y las regiones”, explica Luis Rodríguez Mastache, Director General para México y Centroamérica de Simplot, la compañía global líder en la producción y distribución de alimentos congelados del mercado foodservice.

Con esto en mente, Mastache comparte 3 formas en que las agroempresas son motores para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cómo estas organizaciones representan uno de los principales pilares para aportar a ellos desde la responsabilidad social y la sostenibilidad:

1. Impulsar el talento humano

Impulsar el empleo decente, el talento humano y mejorar los estándares de vida forma parte de un crecimiento económico inclusivo y sostenido, el cual a su vez impulsa el progreso. En línea con el objetivo número 8, esto es vital en las agroindustrias, las cuales, al tiempo que alimentan al mundo a través de cultivos amigables con la tierra, deben implementar las mejores prácticas y entornos laborales que garanticen el acceso a los servicios esenciales y a la protección social. De acuerdo con los ODS, entre las líneas de trabajo para este propósito se encuentran:

Garantizar los servicios de salud esenciales y proteger los sistemas sanitarios.

Ayudar ante la adversidad mediante protección social y servicios básicos.

Orientar el aumento necesario de estímulos fiscales y financieros.

2. Hacer cultivos responsables

Producir más con menos recursos es una de las bases que ha llevado a plantas de producción agrícola, como la de Simplot, a posicionarse en 2017 como “Planta Verde” en su sede estadounidense. Con la misión de contribuir la alimentación a través de un cultivo responsable, con un enfoque comunitario y sostenible, la compañía ha logrado un equilibrio entre su crecimiento y el cuidado del medio ambiente.

Lo anterior, al mismo tiempo que en México garantiza que sus investigaciones sean éticas y que sus operaciones conserven la energía, recuperen y reciclen el agua y preserven el hábitat crítico, como indica su código de ética. En línea con el objetivo número 12 enfocado a la producción y consumo responsable, el sector tiene frente así áreas de oportunidad como:

Evitar el desperdicio de alimentos, comida y productos a través de mejores prácticas de transporte y optimización de la recolección, así como de programas sociales.

Fomentar y aplicar el ahorro de energía eléctrica.

Preponderar el ahorro de recursos y un cambio en los estilos de vida de los consumidores hacia prácticas más sostenibles.

3. Enfocar el impacto comunitario

La responsabilidad social es crucial en la agroindustria, donde impulsar plantas agrícolas a través del desarrollo comunitario, cosechas sostenibles y cuidado ambiental son algunas de las mejores prácticas para el cumplimiento de los ODS. En México, plantas procesadoras como la de aguacate en Morelia e Irapuato, de Simplot, se posicionan como referentes en estos temas, con beneficios para los pequeños agricultores.

En este sentido, los ODS número 8 y 10 plantean algunos ejes para mejorar esta visión:

Proteger empleos y apoyar a pequeñas y medianas empresas.

Promover la cohesión social e invertir en sistemas de resiliencia comunitarios.

Promover la inclusión social y económica de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, orientación, identidad de género, raza, etnia, origen, religión u otra condición.

“Complementando los puntos, habría que subrayar que la implicación empresarial con la Agenda 2030 se pone ya en primer puesto en el país y los análisis al respecto muestran un mayor compromiso de las compañías con los ODS, con un foco especial en los colaboradores; este en un avance y un buen punto de partida, sin perder de vista que aún tenemos tareas que resolver en el ecosistema agroindustrial mexicano”, concluye Luis Rodríguez Mastache.

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