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El ritmo del Brexit – Fase 1, terminada

Por Marianne Winkelman, Director de Cotizaciones de Bonos Globales, Mercados Emergentes y Tipo de Cambio

El Primer Ministro completa la “fase uno”

Casi tres años y medio después del referéndum por el Brexit y todo el drama parlamentario en 2019, el Reino Unido finalmente se retiró de la Unión Europea de forma legal el pasado viernes, 31 de enero. El Reino Unido ha entrado ahora en un periodo de transición de 11 meses que concluye el 31 de diciembre de 2020. Durante dicho periodo, la relación económica entre el RU y la Unión continuará sin cambios. El Reino Unido es todavía parte de un mercado único y unión comercial y deberá seguir las reglas de la UE y pagar los mismos gastos de la UE. Sin embargo, el RU ya no tiene voz y voto en las decisiones y reglamentos europeos.

Se inicia la Fase 2

Ahora que el “divorcio” se ha firmado, los líderes de la UE y el RU avanzarán a negociaciones más complejas acerca de sus futuras relaciones. El Primer Ministro Boris Johnson desea eliminar el término “Brexit,” con el fin de ilustrar la futura relación como un aburrido debate técnico para que pueda desaparecer de las noticias políticas y de las conversaciones cotidianas. Pero el Brexit bajo cualquier otro nombre seguirá siendo Brexit.

Divergencia versus alineación

Algunas cosas nunca cambian. Las ofertas iniciales de cada una de las partes no transmiten calma. El RU rechazó una extensión del periodo de transición y ha estado destacando la “divergencia.” En tanto, la Unión Europea mantiene consistentemente la postura de “alineación” y “terreno parejo.” Se espera que ambas partes publiquen objetivos formales de negociación en las próximas semanas, y las negociaciones reales deberán iniciar a principios de marzo. El gobierno del RU cree que hay suficiente tiempo para lograr un acuerdo integral. La Unión Europea cree que esto es casi imposible. Pero ambas partes han cedido antes, por lo cual hay razón para tener alguna esperanza.

La mayoría esperaba que el Reino Unido usara el acuerdo comercial de la UE con Canadá como un mapa de ruta para la fase dos. En un discurso reciente, el Primer Ministro Johnson confirmó dicho objetivo, pero también sugirió que se sentiría bien con una relación “más como la de Australia.” Ahora bien, Australia no tiene un acuerdo de libre comercio (TLC) con la UE. Si el Reino Unido y la Unión Europea fracasan en lograr un acuerdo, por default y legalmente después del 31 de diciembre, tendremos una relación basado en los términos de la Organización Mundial del Comercio—el tipo de Brexit duro que temen los mercados. Boris Johnson acaba de indicar que estaría satisfecho con ese escenario. Por tanto, volveremos a ver más ruido pronto.

A qué estar atentos

Estamos esperando los mandatos formales para las negociaciones y al pendiente de los diferentes estilos de negociar. Nos preocupa la disposición del Primer Ministro a referirse a una salida dura. Irlanda del Norte y Escocia siguen estando en riesgo. Las negociaciones en torno a las pesqueras probablemente será un tema contencioso. El RU planea negociar otros TLCs simultáneamente, con un enfoque en EEUU, lo que podría afectar más que apoyar al Reino Unido. La reiterada incertidumbre significa que la visión de los mercados sobre el Banco de Inglaterra sigue siendo más que nunca divergente, con predicciones que van desde alzas hasta recortes a las tasas y programas de estímulo cuantitativo.

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