El edificio de estilo ecléctico inspirado en el renacentismo italiano, ubicado en la esquina de la calle 5 de Mayo y el Eje Central, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es sede desde 1925 al Banco de México. Dicho recinto lo inauguró Porfirio Díaz en 1905 y sufrió una remodelación y ahí fue que se hicieron modificaciones en su interior y el estilo desde entonces es art déco.

Si la arquitectura de dicha construcción es imponente, su interior lo es aún más, aunque es poco conocido por los mexicanos, motivo por el cual es muy importante saber que ahora abrió sus puertas al público para que los interesados en la historia del dinero lo visite.

La magia comienza en el vestíbulo es donde se puede apreciar un vitral animado en este museo, el cual claramente nació en el siglo XXI, ya que destacan las herramientas tecnológicas de punta para hacer la experiencia amena y muy moderna

El sitio en donde se encuentra lo que alguna vez fue la bóveda principal del Museo del Banco de México es de los más llamativas, ya que de manera interactiva se realiza un recorrido por la historia del dinero, afincada en la confianza y, por ello, una de la piezas que más me gustó de la colección numismática es una correspondiente a la Orden de Malta, acuñada en 1780, que expresa en una de sus caras: “Non aes, sed fides” cuyo significado es “no es el metal, es la confianza”, expresando con esto el principio universal del dinero y la función clave que tienen a su cargo los bancos centrales: mantener el poder adquisitivo de la moneda lo que sólo se puede lograr a través precisamente de la confianza.

Posteriormente, en la sala del dinero se explica de manera muy didáctica: qué es el dinero; hay un lingote real en exhibición y se pueden observar todos los billetes que han sido emitidos por el Banco de México. Destaca en la muestra de cómo se utilizaba la seguridad , los diversos elementos con los que cuentan los nuevos billetes, además se pueden apreciar placas en las que se imprime el denominado papel moneda

El dinero en el tiempo

El eje rector del discurso museográfico es la historia del dinero desde que comenzó a utilizarse hasta nuestros días, como es bien sabido en un principio las «transacciones financieras» se realizaban a través del «trueque» que consistía en cambiar mercancías entre una o varias personas. También se puede conocer que los pesos mexicanos desde el siglo XVI fueron una moneda de referencia global, por lo que desde China hasta Tailandia se les ponían sellos y tenían valor local. Un dato curioso es: “ya me despelucaron”, que se remonta al siglo XVIII cuando circulaban monedas con el busto Felipe V y Fernando VI y en las cuales ambos monarcas aparecían con peluca, de ahí que estas monedas fueran llamadas “peluconas” y al quedarse sin ellas, las personas de la época solían decir que habían sido “despelucados”.

El gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, manifestó que los pisos que se abren del edificio principal son la planta baja, donde está la sala bancaria; el mezanine; la parte inferior, que tiene que ver con las bóvedas; y el resto de los pisos seguirán albergando a los trabajadores del Banxico, incluyendo a los integrantes de la Junta de Gobierno.

El Museo del Banco de México es una nueva maravilla del Centro Histórico que ayudará a acercar a las personas a esta gran institución del Estado mexicano. Esta iniciativa se trabajó durante la pandemia y forma parte de la visión del Gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, de hacer más transparente y cercano al ente que se encarga de la política monetaria.