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El rol de la mujer en la economía y el impacto del 9M

En México, la mayoría de las mujeres que trabajan están confinadas al trabajo doméstico, remunerado y sobre todo no remunerado, o a empleos en otras actividades, pero sin remuneración: son 23.7 millones; en contraste, 18 millones solamente están en actividades remuneradas y fuera del ámbito del hogar.

El paro nacional de mujeres programado para este 9 de marzo (9M) no tiene precedentes históricos. La
organización Brujas del Mar1 hizo un llamado a que las mujeres en México no trabajen ese día (ni en sus lugares de trabajo remunerado ni en casa), como forma de protesta principalmente por la violencia contra la mujer. Lapropuesta ha tenido una acogida impresionante en la sociedad mexicana.

Tanto la marcha a la que se convoca para el domingo 8 de marzo como, sobre todo, el paro del 9 de marzo, no tienen precedentes históricos en México en su carácter de protesta de género. Presumiblemente, en tanto suspensión de actividades, la magnitud del paro del 9M será comparable con sólo muy pocos eventos de los últimos cien años: pensamos, por ejemplo, en la suspensión de actividades durante varios días (principalmente en la zona centro del país) en el segundo trimestre de 2009 ligada a la pandemia del virus AH1N1, o en la paralización de actividades en la misma región del país en los días posteriores al terremoto de 1985. No obstante, no recordamos una paralización como la que anticipamos para este 9M, asociada a alguna protesta de alcance nacional: prevemos que será mucho mayor que los paros/huelgas relacionados con el movimiento del 68 y que cualquier otra huelga/paro/protesta desde entonces a la fecha.

El 9M privilegia la protesta

El 9M privilegia la protesta por la violencia contra la mujer, si bien en el fondo de esa agenda están la
profunda desigualdad y la discriminación de género, cuya implicación económica es central. La forma más
extrema de violencia contra la mujer es el asesinato por razones de género (otros son la violación, la tortura y el secuestro). En términos de asesinatos el 2019 se ubica como el peor año de las últimas seis décadas (mayor
número de asesinatos ajustados por población), los feminicidios son crecientes (no hay datos históricos). Además del acoso sexual (colocado en el foco de atención por el movimiento #metoo), hay otras modalidades de machismo en la sociedad. Un punto fundamental es la desigualdad económica, tema en el que nos centraremos aquí. Evaluamos el rol de la mujer en la economía y el impacto del 9M. Identificamos las principales características de tal rol, enfatizando algunos de los elementos de desigualdad y discriminación que enfrenta la mujer y, a partir de ello, elaboramos escenarios sobre el posible impacto que podría tener el paro de este lunes en términos de actividad económica.

Desigualdad y discriminación contra la mujer en el mercado laboral

Las condiciones sociales y culturales en México han llevado a que la participación de la mujer en el mercado laboral sea de las más bajas de todos los países latinoamericanos: menos de la mitad de las mujeres en edad de trabajar en nuestro país tienen un empleo remunerado. Eso no es normal: de 182 países que publican información al respecto, las mujeres mexicanas se ubican en la posición 145 (donde la posición 1 implica que más mujeres participan). Incluso más, al comparar con 20 países de América Latina, mayoritariamente con menores niveles de educación y de ingresos por persona, nuestro país ocupa el penúltimo lugar de participación de la mujer en el mercado laboral. Es decir, aun cuando las mujeres mexicanas en edad de trabajar tienen en general un nivel educativo mayor al de sus contrapartes en otros países de Latinoamérica, solo 45% de ellas tiene un empleo remunerado (comparado con 77% de los hombres). Esta proporción se compara con promedios correspondientes de 61% en el mundo y de 57% en América Latina.

En México, la mayoría de las mujeres que trabajan están confinadas al trabajo doméstico, remunerado y sobre todo no remunerado, o a empleos en otras actividades, pero sin remuneración: son 23.7 millones; en contraste, 18 millones solamente están en actividades remuneradas y fuera del ámbito del hogar. De 65 millones de mujeres que viven en México, 50 millones tienen 15 años de edad o más. De ellas, solo 22 millones trabajan en actividades económicas, las cuales en general incluyen aquellas que involucran la producción, distribución o el consumo de bienes y servicios que terminan en una compra-venta de los mismos. Sin embargo, 1.5 millones de estas mujeres empleadas no reciben ingresos y 2.2 millones reciben muy bajos ingresos en lo que se denomina “trabajos domésticos remunerados”.

A esto se añade que 20 millones no se registran en el mercado de trabajo dado que se dedican a “quehaceres domésticos” y a éstos, inapropiadamente, no se les considera actividades generadoras de ingreso o PIB Producto Interno Bruto). Por tanto, agregando las cifras anteriores, aunque hay 18 millones de trabajadoras que reciben una remuneración por actividades no domésticas, una mayoría de 23.7 millones de mujeres están dedicadas a trabajos poco reconocidos (bajos ingresos en trabajos domésticos o sin ingresos) o no reconocidos en términos económicos (población que se considera “no activa”, dedicada al trabajo doméstico o “quehaceres domésticos”). En contraste, para los hombres esas dos cifras (23.7 y 18) no solo se invierten en su orden de magnitud, sino que muestran enormes diferencias: sólo 3.2 millones de 1  hombres participan en actividades económicas sin recibir ingresos (1.8 millones) o en trabajos domésticos mal remunerados (0.2 millones) o dedicados a quehaceres del hogar (1.2 millones) versus 34 millones de hombres que están en actividades remuneradas (que excluyen al trabajo doméstico) y, por tanto, con reconocimiento social.

 

Gabriela Romero Rivera
Periodista, Editora, Fotógrafa y siempre Reportera. La arquitectura, turismo y la Sustentabilidad me apasionan.
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