El alza histórica de la tasa de interés de referencia que llevó a cabo el Banco de México el pasado 23 de junio, de 75 puntos base, y que dejó el costo del dinero en 7.75% ha causado preocupación entorno al encarecimiento de los créditos y otros productos financieros.

De la mano con una inflación considerablemente alta, de 7.88% a la primera quincena de julio, hace pensar a más de uno en la posibilidad de que las personas y las empresas se vean orilladas al impago de sus créditos o productos de financiamiento.

En ese sentido, Nicolás Eguiarte, director de Divisas México de Grupo Financiero Base, destaca tres principales riesgos de impago detectados por la institución:

El alza en las tasas de interés representa uno de los mayores riesgos para las empresas en el corto plazo porque en esta ocasión se mueven en el mismo sentido que el encarecimiento de sus materias primas y costos.

Resulta especialmente peligrosa, sobretodo, para aquellas empresas que emprendieron proyectos de expansión usando una tasa de interés de la mitad de la que hoy tenemos: muchos de estos proyectos que en su momento no se cubrieron hoy no resultan rentables

El alza en las tasas de interés tiene como consecuencia principal una mayor cantidad de flujo que se destina para el pago de créditos y sus intereses: en un entorno económico con retos relevantes (alta inflación, recuperación económica incompleta, incertidumbre) cualquier peso hace la diferencia

En este sentido, muchas empresas aún están a tiempo para poder proteger sus créditos de sucesivas alzas en las tasas de interés, e inclusive, podrían transformar este reto en una oportunidad para poder rentabilizar su tesorería porque al mismo tiempo en que las tasas de interés de sus créditos aumentan lo hacen también los rendimientos por inversiones para excedentes de tesorería (pagarés bancarios e instrumentos de inversión en mesa de dinero).