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Hablar de Seguridad Alimentaria es cuidar el “agua que comemos”

Hoy es el Día Mundial de la Alimentación y se conmemora cada 16 de octubre desde 1979, esta iniciativa impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), tiene la finalidad de dar a conocer los problemas relacionados con el hambre para sensibilizar a las naciones para fortalecer la solidaridad contra la desnutrición, así como dialogar sobre el mejoramiento de estrategias para garantizar la seguridad alimentaria, tales como los desafíos del riego en la agricultura.

En este sentido, el Programa Institucional 2020-2024 de Seguridad Alimentaria Mexicana, indica que es crucial promover una agricultura sostenible con una adecuada distribución de agua en los cultivos. Por lo cual, es importante reenfocar la manera de riego actual, a través de soluciones inteligentes y eficientes de riego.

De acuerdo con la FAO, existen dos retos para los sistemas de riego en relación con el buen manejo del “agua que comemos”: 1) Producir más alimentos con menos agua y 2) Aplicar tecnologías de agua potable que protejan el medio ambiente.

“Uno de los principales criterios que los sistemas de riego que deben seguir para promover la sostenibilidad es el de la eficiencia hídrica, ya que es vital manejar adecuadamente este recurso no únicamente por la seguridad alimentaria, sino también para impactar de forma positiva en el cambio climático.” Eduardo Carrillo director del servicio rieggo® Rotoplas

Así, pues, el riego por goteo y la microaspersión presentan numerosas ventajas respecto a la eficiencia en el uso del agua. En general, las pérdidas que presenta el método en un sistema bien instalado son prácticamente nulas, ya que el agua se conduce por tuberías. La evaporación desde el suelo es reducida debido a que, el emisor está en el suelo provocando que el agua sea absorbida rápidamente.

De acuerdo con los expertos de rieggo® Rotoplas, el riego por goteo es un medio eficaz de aportar gotas de agua en la localización exacta de la planta, ya sea en cultivos hortícolas o bajo invernadero, como viñedos, así como en plantas aisladas.

Mientras que, el sistema de riego por microaspersión consiste en administrar agua en forma de lluvia fina mediante dispositivos llamados “micro aspersores” y puede aplicarse a hortalizas, plantas aromáticas y flores ornamentales.

Por otro lado, no se presentan restricciones espaciales para su instalación. Este método se puede utilizar en áreas con topografía muy heterogénea y con pendientes pronunciadas.

Una ventaja más que ha sido documentada por expertos en ingeniería agrícola es que bajo riego localizado, tal como es el caso del riego por goteo, se obtienen mayores producciones y un incremento en la calidad del producto. Esto se asocia a que, al aplicar los niveles de agua requeridos por el cultivo en forma más precisa se pueden controlar los niveles de agua en diferentes estados de desarrollo para lograr los objetivos de calidad y producción esperados, lo cual es más complicado alcanzar a través de otros sistemas de riego.

Usando este tipo de nuevas tecnologías será posible alcanzar la seguridad alimentaria, considerando a esta por la FAO como el logro de que todas las personas del mundo tengan acceso físico y económico a una cantidad suficiente de alimento nutritivo para llevar una vida activa y sana. Y para cubrir esta necesidad en 2050 habrá sido necesario que la agricultura haya producido 60% más de alimentos de lo que se produce anualmente en la actualidad, ya que para ese momento se pronostica que la población pueda alcanzar los 9,000 millones de personas.

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