El mundo atraviesa por un periodo de profundos cambios estructurales en materia de energía, industria y comercio, y México tiene el potencial de convertirse en uno de los mayores ganadores de este proceso y sentar las bases para las siguientes dos décadas de crecimiento económico si logra modernizar su infraestructura de producción, transmisión y almacenamiento de energía.

La reciente Cumbre de Líderes de América del Norte celebrada en la capital mexicana con la presencia del presidente Joe Biden y el primer ministro Justin Trudeau representa la confirmación de una visión compartida para la reorganización industrial de esta región. Ante las vulnerabilidades económicas y tensiones políticas en China, cientos de empresas están buscando reubicar sus plantas productivas en cadenas de suministro integradas geográficamente en Norteaérica y el impacto puede ser capitalizado por México en términos mayúsculos si se emprenden las inversiones necesarias en infraestructura para asegurar la confiabilidad del suministro eléctrico.

Los acuerdos de la Cumbre se dan luego de que noviembre de 2022, el gobierno de Estados Unidos anunciara su respaldo a los nuevos objetivos de México para alcanzar el 35% de generación de energía a partir de fuentes limpias, anunciando acciones para incentivar inversiones en este sector en el país, además de los 48 mil millones USD de inversión en el sector anunciados por parte de México para alcanzar la meta.

“México cuenta con una de las manos de obra industriales más competitivas a nivel mundial, una frontera terrestre de 3,000 kilómetros con los Estados Unidos, y un tratado de libre comercio recientemente ratificado, condiciones idóneas para todas estas empresas. Sin embargo, la clave para consolidar el auge económico será modernizar la infraestructura energética; no sólo utilizando fuentes de generación renovables para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible de sus socios de Canadá y Estados Unidos, sino ampliando la capacidad de evacuación y la confiabilidad de los sistemas de transmisión, que son hoy una condición limitante para desarrollar el potencial industrial a plenitud. Es importante notar que las instituciones de México están encarando estos retos con importantes programas de inversión para el sector.” comenta Romina Esparza, Directora de Desarrollo de Negocios para Energía e Industrias de Procesos en México, Centroamérica y el Caribe de Black & Veatch.

Algunos problemas en el suministro eléctrico en las regiones de Tijuana, Ciudad Juárez, Guanajuato, Jalisco, Coahuila, Zacatecas y Reynosa se han convertido en una de las principales preocupaciones para la relocalización de plantas industriales. A pesar de ello, la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP) reportó recientemente (diciembre 2022) que los parques industriales de la frontera norte habían rebasado el 90% de su capacidad.

Garantizar la disponibilidad de energía para esta nueva ola de desarrollo industrial sostenible pasa por invertir en proyectos de generación y almacenamiento de energía más eficientes, modernización de la red eléctrica y sistemas inteligentes de gestión de dichos activos. Black & Veatch, que cuenta con más de cien años de experiencia en innovación de infraestructura sostenible, está colaborando en este proceso, ofreciendo consultoría especializada a empresas mexicanas para desarrollar infraestructura avanzada de producción de energía con hidrógeno verde y biocombustibles.

México tiene la oportunidad de consolidarse como una plataforma productiva de proyección global masiva, debido a su posición geográfica, a la salud de su pirámide demográfica, su disponibilidad de recursos naturales y su excelente mano de obra; para concretarlo, tanto el sector público como el privado deben unir esfuerzos para lograr avances importantes hacia la descarbonización de la matriz eléctrica a tiempo, como los que ya están desarrollándose en países como Chile y otros lugares de América Latina.