Pocas dudas o cuestionamientos quedan de que el “nearshoring” es una tendencia que está posicionando a México como un hub logístico de inversión, que, lejos de debilitar la economía local, se ha erguido bajo la promesa de fortalecerla y darle un giro muy positivo dentro del comercio internacional en el mediano y largo plazo.

Pese a las críticas o dudas que aún pudieran existir y si los efectos ya se están percibiendo, la narrativa en torno a esta tendencia ha dado paso a que se empiecen a tomar acciones para apalancar sus efectos positivos. De tal modo que veo que el movimiento y la inversión que está atrayendo no se parece a momentos pasados, aunque es claro que se necesitan de más compromisos de largo plazo por parte del sector empresarial y gubernamental para que este se termine de desarrollar con éxito como parte de una derivada del comercio internacional.

En México un paso clave se dio cuando la Secretaría de Hacienda a través del subsecretario, Gabriel Yorio anunció estímulos fiscales a empresas para promover esta tendencia en México, con la intención de que el gobierno federal pueda atraer aproximadamente 18 mil 500 millones de dólares adicionales en inversiones para 2024. Esto sin duda incentiva el atractivo del país hacia la inversión en el corto y mediano plazo.

Entre estos estímulos se encuentra la deducción acelerada de inversiones que permite a las empresas en los sectores de alta tecnología e investigación y desarrollo reducir sus bases imponibles a una tasa del 56% al 89% durante un año o la contemplación de una deducción adicional del 25% para cubrir los costos asociados con la capacitación del personal. Si bien estas acciones tienen una influencia positiva en la economía nacional, aún existen otros aspectos que se deben tomar en cuenta para impulsar el máximo potencial del nearshoring con una visión de largo plazo.

El reto es la creación de una estrategia e infraestructura que pueda garantizar agua y energía limpia para sectores exportadores como: baterías, motores, instrumentos médicos, agroindustria, farmacéutica, entre otros; sin que se deje de lado problemáticas medioambientales que pueden causar severos daños en el ecosistema de México. Por otro lado, de acuerdo a datos de ManpowerGroup, el 65% de las empresas tiene dificultad para encontrar personas con las competencias necesarias en la industria. Los sectores de tecnología, manufactura, comercio, banca y construcción son los que mayor escasez de talento reportan.

Nuestro país cuenta con el suficiente capital humano, dotado de diversas habilidades y con un potencial enorme por desarrollar nuevas habilidades, por lo que se debe enfocar en desarrollar esa mano de obra calificada para motivar inversiones de alta complejidad y tecnología que produzca empleos de calidad y que sean bien remunerados.

Veo que sería un error pensar que no se puede maximizar aún más este fenómeno económico
que está viviendo México, con políticas públicas adecuadas; que potencien factores como la
proximidad geográfica y cultural en el nearshoring son invaluables. Las similitudes culturales y
el horario de trabajo cercano facilitan la comunicación y la colaboración efectiva entre equipos
de trabajo en diferentes ubicaciones. Esto se traduce en una mayor eficiencia y productividad,
reduciendo los tiempos de respuesta y mejorando la calidad de los productos y servicios.
Ofrecer a las empresas una reducción de costos operativos, mientras que los trabajadores
locales reciben salarios justos y estabilidad laboral, estimula a la economía local creando un
beneficio para sus habitantes.

Por otra parte, la sostenibilidad ambiental también es otro incentivo si se llevan a cabo las
prácticas adecuadas. Al reducir la distancia entre las ubicaciones de producción y los mercados de consumo se puede disminuir la huella de carbono de la cadena de suministro. El nearshoring puede contribuir de manera significativa a los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono y avanzar hacia prácticas más sostenibles en las empresas.

A medida que se van poniendo cimientos más fuertes para desarrollar esta tendencia, el nearshoring se posiciona como una solución por la que hay que apostar a largo plazo con las
políticas correctas.