De cada 100 niños que ingresan a la primaria, sólo 39 logran llegar a la universidad y solo 26 concluyen una licenciatura, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

La educación universitaria es fundamental para el desarrollo de habilidades técnicas, habilidades de liderazgo y pensamiento crítico, todo ello, necesario para abordar los desafíos del mundo moderno y fomentar la innovación, por tanto es relevante que desde el sector privado se generen iniciativas para evitar la deserción escolar.

En este sentido, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), en febrero de 2024 la tasa de abandono escolar en México a nivel licenciatura se estableció en 7.2% en el territorio nacional general (6.4% en universidades públicas y 9.6% en universidades privadas). Bajo ese panorama, la precariedad de las familias mexicanas se ubicó como el principal motivo de deserción escolar, esto, ligado a los resultados de la más reciente Encuesta Nacional sobre Acceso y Permanencia Escolar (ENAPE 2021).

Al proporcionar becas a estudiantes universitarios, las empresas contribuyen al desarrollo de una fuerza laboral más capacitada y calificada. Estos estudiantes pueden convertirse en profesionales altamente calificados que contribuyan al crecimiento y la competitividad de las compañías.

Asimismo, las alianzas con instituciones educativas también son estratégicas para ofrecer oportunidades educativas a estudiantes talentosos. Por ejemplo, en el rubro de bienes raíces, la alianza entre el Tecnológico de Monterrey y Fundación FUNO (perteneciente a Fibra Uno, el fideicomiso de Inversión en Bienes Raíces más grande de México y América Latina), busca impulsar el programa “Líderes del mañana”.

Dicha iniciativa consiste en la entrega de becas a perpetuidad, valuadas en 4 millones de pesos cada una, para que estudiantes den continuidad a su licenciatura en cualquier campus de su elección.

Las iniciativas en conjunto, relacionadas a la educación, crean un puente de ayuda para afrontar la adversidad económica, en especial para personas provenientes de comunidades donde la movilidad social es nula y las oportunidades para concluir una licenciatura son escasas. Al invertir en la educación de los estudiantes universitarios, el sector privado no solo contribuye al desarrollo personal y profesional de estos jóvenes, sino que también fortalece el capital humano de dichas comunidades.