La industria de la construcción en México enfrenta un 2025 lleno de retos y oportunidades, impulsado por tendencias globales como la sostenibilidad, la innovación tecnológica y la creciente demanda de infraestructura en el marco del nearshoring. Estos aspectos no sólo marcarán la pauta para el sector, sino también para las empresas que buscan liderar este cambio.

Tanto el cemento como el concreto, más allá de su uso estructural, representan un motor esencial del crecimiento económico, posibilitando la conectividad mediante carreteras, puentes y sistemas de transporte que impulsan el comercio y mejoran la calidad de vida. Este sector, sin embargo, enfrenta un punto de inflexión crítico en 2025, marcado por la necesidad de conciliar el crecimiento económico con la sostenibilidad ambiental. Esto implica la reducción de emisiones de CO₂ derivadas de la producción, así como la innovación en materiales alternativos, construcciones más limpias y procesos circulares que aprovechen los residuos como recursos.

Este cambio no sólo responde a un imperativo ético, va más allá y representa una oportunidad para redefinir el sector y fortalecerlo como un aliado en la mitigación del cambio climático, impulsando un progreso hacia un futuro más inclusivo y sostenible.

Considerando que el desarrollo del sector de la construcción impacta de manera significativa en la economía —pues además de crear empleos de forma directa, también genera un efecto multiplicador que beneficia a otras industrias vinculadas tales como la fabricación de materiales, el transporte y los servicios financieros, por mencionar algunos—, es de suma importancia que todos los involucrados nos adaptemos a las tendencias que favorecerán la construcción de negocios sólidos y la implementación cada vez más, de acciones sostenibles.

La sostenibilidad: eje central de la industria

Aunque la sostenibilidad ha sido un aspecto relevante para los sectores industriales y los gobiernos desde hace algunos años, vemos que en este 2025 la sostenibilidad se incorporará de forma más integral en todos los niveles del sector. La adopción de construcciones regenerativas, cuyo objetivo es restaurar y mejorar los ecosistemas y comunidades donde se desarrollan los proyectos, el progreso en tecnologías inteligentes y el compromiso mundial con la economía circular, serán impulsores fundamentales.

En la industria somos conscientes de ello y muchas de las empresas del sector avanzamos con proyectos ambiciosos que nos permitan incrementar la capacidad para satisfacer las demandas de los mercados, mientras contribuimos al cuidado del medio ambiente.

Crecimiento impulsado por el nearshoring y la infraestructura

La construcción de nuevos centros logísticos y de producción (nearshoring), así como la inversión extranjera directa representan una ventana de oportunidades para la industria. De acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), las inversiones en el sector de la construcción se incrementaron 1.6% durante el primer semestre de 2024, lo que se reflejó principalmente en la construcción de edificios industriales para atender las necesidades de nuevos complejos de producción y logística, resultado de esta creciente tendencia de deslocalización cercana.

De acuerdo con la CMIC, se prevé que en los próximos cinco años se requerirán más de 15 millones de metros cuadrados de parques industriales. Esto nos ofrece grandes posibilidades de desarrollo, evolución y crecimiento para el sector.

Incremento en infraestructura verde 

La transición hacia una infraestructura sostenible, como edificios energía cero (EEC) y proyectos de construcción sostenible impulsarán la demanda de materiales de menor impacto ambiental. Hoy por hoy, las empresas líderes en la industria contamos con productos diseñados para ser más duraderos y energéticamente más eficientes, impulsando esta tendencia.

Según el Informe sobre la industria mundial de la construcción ecológica de 2024, publicado por The Business Research Compañy,  se prevé que la industria de la construcción ecológica alcance los 851,000 millones de dólares para 2028, debido a la creciente conciencia pública sobre los problemas climáticos y la sostenibilidad ambiental.

Estamos convencidos de que la innovación y la sostenibilidad serán los motores de desarrollo en este 2025, y vamos por ese camino con una visión clara de construir un futuro en el que la industria cementera y concretera sea sinónimo de progreso, de respeto al medio ambiente y de beneficio para las comunidades que servimos.