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Los clústeres energéticos son asociaciones civiles sin fines de lucro que tienen la finalidad de agrupar los esfuerzos de empresas, instituciones educativas, centros de investigación, organizaciones civiles y gobiernos estatales, municipales o instancias federales para fortalecer el sector energético de la región en la que se conforman, así como para fomentar la innovación y el desarrollo regionales.

En México existen clústeres en los siguientes estados: Coahuila, Tabasco, Nuevo León, Tamaulipas, Campeche, Veracruz, Guanajuato, Chiapas, Oaxaca, Baja California y Querétaro, los cuales integran en la actualidad el Consejo Nacional de Clústeres de Energía (CNCE), que fue presentado en agosto de 2019.

Existen clústeres regionales, como el Clúster Energético del Bajío, que une a empresas de distintos estados, como Aguascalientes, Querétaro, San Luis Potosí y Guanajuato.

Los clústeres energéticos actúan a su vez como “think tanks”, en los que la participación de la academia puede contribuir a generar nuevas ideas que permitan mejorar los costos de la energía y fortalezcan la innovación en materia de energía.

Cada clúster cuenta con diversos comités, que promueven distintas áreas de interés para sus regiones, como por ejemplo, Medio Ambiente, Infraestructura, Recursos Humanos, Innovación y Tecnología, entre otros, para llevar a cabo sus planes estratégicos.

En particupar, el Clúster Energético de Querétaro está enfocado en 5 ejes principales:

Diagnóstico de las capacidades científicas, tecnológicas, capital humano y de innovación de las empresas del sector

Profesionalización del capital humano

Articulación y desarrollo de las cadenas de valor en áreas emergentes o de diversificación

Fortalecimiento de la representatividad de los socios a nivel nacional Proponer, en conjunto con los niveles de gobierno, políticas públicas que promuevan la competitividad del sector.

Cuenta además con cuatro comités distintos: regulación, desarrollo empresarial, capital humano e innovación y proporciona distintos servicios, tales como cursos, capacitaciones y certificaciones, asesoría legal, vinculación y representación (para representar a sus asociados ante instituciones o entidades gubernamentales), además de atraer a empresas y consultores especializados para la realización de estudios o reportes que ayuden en procesos de diagnóstico, entre otros.

La vinculación con instituciones educativas de la región ofrece, además de distintas áreas de capacitación, el acceso a laboratorios de pruebas y de medición en distintas áreas. Existen, por ejemplo, laboratorios especializados en temáticas relacionadas con la energía, como por ejemplo sistemas electroquímicos de energía, superficies y recubrimientos, corrosión, tratamiento de aguas, entre otros.

Los clústeres de energía han fomentado en gran medida el desarrollo de las energías renovables en sus distintas entidades, además de que en la actualidad trabajan en promover estrategias y líneas de acción que permitan reactivar económicamente a sus entidades después de la crisis de Covid-19, por lo que juegan un papel clave en el desarrollo regional.