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Oaxaca, ejemplo en la neutralización de emisiones de carbono

Eugenio Martínez Nicolás, indígena mixe y campesino del Estado de Oaxaca, sabe mejor que nadie que el aire puro tiene un precio. En otras circunstancias, la idea sonaría absurda. Pero cuando la tierra agrícola está degradada y el cambio climático amenaza la biodiversidad, el oxígeno vale en el mercado.

“Nunca pensamos que íbamos a vender este aire, que nos iban a pagar por hacer esta actividad, por reforestar”, confiesa Eugenio, ex Comisariado de Bienes Comunales de Tlahuitoltepec, en la Sierra Norte de Oaxaca.

Eugenio habla por él y por las 590 familias de diez comunidades distintas, quienes desde el 2004
participan en el proyecto de Servicios Ambientales “Captura de Carbono en Comunidades Indígenas y Campesinas del Estado de Oaxaca”, por medio de la reforestación, restauración y conservación de bosques en una extensión de 3 mil 196 hectáreas.

La labor de los indígenas oaxaqueños destaca por su contribución al medio ambiente y además se consolida como el primer proyecto nacional de Servicios Ambientales en incorporarse al mercado voluntario para la venta de Bonos de Carbono.

Beneficios para las comunidades por la venta de Bonos de carbono Hasta el 23 de octubre de 2009, el programa había recibido ingresos de 7 empresas, 42 eventos y 12 individuos mexicanos por un total de 394 mil dólares.

Se han apoyado a 590 familias que se benefician de forma directa, cuyos ingresos actuales rebasan en un 200 % el salario mínimo vigente en la Ciudad de México. De forma indirecta, por la derrama económica, se benefician en promedio otras 300 familias más.

El propósito es que las compañías, al comprar de forma voluntaria los Bonos de Carbono a las comunidades, neutralicen o compensen una parte de sus emisiones de gases de efecto invernadero, originados por sus actividades económicas.

Después de seis años de trabajo y gracias a una ardua labor comunitaria y la asesoría técnica de las instituciones mencionadas, en la actualidad se neutralizan en promedio, anualmente, alrededor de 60 mil toneladas de bióxido de carbono. Tiempo de cambiar la mentalidad agrícola

En su lengua materna, el mixe, Paulina Pacheco Hernández de la comunidad de Tlahuitlotepec, reconoce que después de muchos años la siembra de maíz y papa había fatigado los campos de cultivo.

“Cuando no estaba reforestado ya no había agua. Se estaba secando el manantial. Pero ahora hay agua en abundancia, gracias a los árboles, y además se ve bonito”, relata. El cultivo de papa, maíz y café, así como el sobrepastoreo, habían deteriorado el suelo para el año 2003. Carlos Pérez González, Coordinador Técnico de SAO, destaca que ante esta situación, los pobladores
deforestaban parte del bosque para crear nuevos campos agrícolas.

Localizadas en zonas de alta diversidad biológica, las comunidades oaxaqueñas realizan las siguientes actividades:
Recuperación y restauración de zonas forestales degradadas.
Reforestación.
Enriquecimiento de cafetales con especies forestales de doble propósito.
Mantenimiento a las áreas de regeneración natural.

Esto permite proteger ecosistemas prístinos como los bosques mesófilos de montaña, en donde habitan numerosas especies como el jaguar, el puma, el tapir, jabalí, tigrillo, venado cola blanca y un sinnúmero de bromelias, orquídeas endémicas y helechos arborescentes. El proyecto, a su vez, protege bosques mixtos y sistemas agroforestales.

“Fue difícil entender eso: la captura de carbono. En tiempos anteriores, la gente sobre todo pensaba tirar árboles para sembrar su maíz”, reconoce José Rafael Vargas, ex presidente del Consejo de Vigilancia de Tlahuiltlotepec.

Una de las primeras labores, relata, consistió en convencer a los miembros de la comunidad de las ventajas de la reforestación. Un primer paso que se consolida

El capital inicial para el proyecto “Captura de Carbono en Comunidades Indígenas y Campesinas del Estado de Oaxaca” en la Sierra Sur y Norte de este Estado, lo aportó la CONAFOR, a través del esquema de Pago por Servicios Ambientales (PSA) creado en 2003.
Con un monto de 4 millones 269 mil 571 pesos, asignados en el periodo de 2004-2008, comenzaron y se consolidaron las acciones de reforestación y conservación en la región, que
incluyó el acompañamiento técnico por parte de la Comisión.

Sierra de Oaxaca

Confluyeron también las asociaciones civiles SAO y Pronatura México, sumadas al proyecto en las fases de desarrollo, supervisión y búsqueda de mercados para la venta de Bonos
de Carbono.

“El recurso que nos dio la CONAFOR nos permitió empezar a trabajar con las comunidades y hacerles ver que era posible. En ese momento ya era un pago que se estaba recibiendo”, refiere Carlos Pérez González, Coordinador Técnico de SAO.

El Programa PSA-CABSA de la CONAFOR En noviembre de 2004, la CONAFOR creó las reglas de operación para el otorgamiento de pagos para desarrollar el Mercado de Servicios Ambientales por Captura de Carbono y los Derivados de la Biodiversidad y para Fomentar el Establecimiento y Mejoramiento de Sistema Agroforestales (PSA-CABSA).

El objetivo del PSA-CABSA es promover entre los beneficiarios la realización de actividades que generaran capacidades organizativas y de gestión local y regional, y fortalecer las estructuras institucionales para que los propietarios y poseedores de los recursos forestales tengan acceso a los mercados nacionales e internacionales de los servicios ambientales relacionados con la captura de carbono.

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